Cerca de 700 personas visitan en La Laguna (Tenerife) una muestra sobre el drama de los campos de refugiados de Ruanda

Cerca de 700 personas han visitado desde su inauguración la exposición 'Refugiados. Vidas en tránsito', donde se da protagonismo al desarraigo de alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo víctima de conflictos armados y, en concreto, de las miles que viven en los campos de refugiados de Ruanda.

Cerca de 700 personas han visitado desde su inauguración la exposición 'Refugiados. Vidas en tránsito', donde se da protagonismo al desarraigo de alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo víctima de conflictos armados y, en concreto, de las miles que viven en los campos de refugiados de Ruanda.

La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 28 de agosto en el antiguo Convento de Santo Domingo en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife), y el horario de visitas es de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados de 10.00 a 14.00 horas.

Promovida por la Fundación 'la Caixa', con el apoyo del Ayuntamiento de La Laguna, dicha muestra trata de mostrar la "cotidianeidad de un campo de refugiados", en concreto de los habitados por la población tutsi congoleña, desplazada a zonas fronterizas de Ruanda a causa de la grave situación que azota a la región de Los Grandes Lagos de África, tal y como ha explicado el comisario de la exposición, Carlos Boggio, quien trabajó durante varias décadas para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Carlos Boggio ha destacado, asimismo, que hay conflictos "poco mediáticos" como el del Congo, que, a su juicio, obedece a "una lucha por el acceso a sus recursos naturales, especialmente yacimientos de minerales esenciales para los móviles y ordenadores de los países occidentales".

Según ha indicado, en el continente africano hay 5 millones de personas desplazadas, de las cuales un tercio viven en campos de refugiados cerrados, de los que no pueden salir para relacionarse con las poblaciones locales, únicamente subsistiendo mediante la ayuda de cooperación internacional. La exposición enseña precisamente cómo resuelven estas personas sus necesidades diarias y cómo, a pesar de todo, mantienen la ilusión de regresar al lugar de donde han tenido que huir.

La exposición presenta el reportaje fotográfico de Sergi Càmara, cuyas imágenes muestran fragmentos de vidas, instantes cotidianos como ir en busca de víveres y agua, los juegos o la asistencia a clases en este lugar. También se muestran varios trabajos audiovisuales y paneles interactivos, recreando además una cabaña como las existentes en los citados campos de refugiados.

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