Más del 40% de videojuegos incumple las normas que protegen a los consumidores, según la Junta

Carecer de la denominación del producto en el etiquetado, así como del domicilio del fabricante o vendedor, algunas de las infracciones
Manual de instrucciones de un videojuego
Manual de instrucciones de un videojuego
EP
Manual de instrucciones de un videojuego

El 42,4 por ciento de los videojuegos supervisados por los inspectores de Consumo incumple alguna de las normas que protegen a los consumidores y usuarios en este ámbito, de forma que "cuatro de cada diez videojuegos presentan algún tipo de anomalía", según se desprende de la campaña de control desarrollada por la Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud a finales de 2009.

Según indicó la Junta en una nota, dicho chequeo se desarrolló en el marco de una campaña nacional a través de la que el Instituto Nacional de Consumo acordó con las comunidades autónomas verificar el grado de cumplimiento de la normativa sobre los videojuegos y su comercialización en el ámbito minorista. De las 92 inspecciones llevadas a cabo en Andalucía, 39 dieron como resultado algún tipo de irregularidad respecto a la normativa de consumo.

En el transcurso de esta campaña se ha controlado, entre otros aspectos, el denominado Código PEGI, que es un instrumento de autorregulación del sector de los videojuegos que facilita un mecanismo para que los consumidores cuenten con información suficiente sobre los contenidos y edades recomendadas de los productos de software de entretenimiento.

A través de este sistema se establecen unas clasificaciones voluntarias que se refieren al contenido del producto y su aptitud para ser visto por menores. En la página web de la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento, 'www.adese.es', puede consultarse la relación de miembros asociados a dicha entidad, que deben cumplir el Código PEGI.

Información para padres y educadores

El objetivo principal de dicho código es que los consumidores y particularmente los padres y educadores dispongan de información suficiente sobre los videojuegos que están a la venta, en España o en cualquier otro país europeo adscrito al código, para poder elegir los productos más adaptados a la edad del usuario, limitando así la exposición de los niños y menores a contenidos que podrían resultar inadecuados para ellos.

La campaña desarrollada por Consumo ha puesto de manifiesto que, en el caso de videojuegos de empresas adheridas al código de autorregulación PEGI, en el 16,28 por ciento no figura el pictograma de edad recomendada con su correspondiente descripción en letra. Asimismo, en el 14,8 por ciento de los casos, los videojuegos de empresas adheridas a dicho código no incluyen los pictogramas indicadores del contenido con su descripción.

Identificativos por edades y contenidos

En concreto, el Código PEGI cataloga estos productos para 'Más de 3 años', 'Más de 7 años', 'Más de 12 años', 'Más de 16 años' y 'Más de 18 años'. Además establece una serie de distintivos sobre su contenido que aluden a aspectos como discriminación, drogas, miedo, on line, sexo, violencia o juegos de azar, en el caso de que el videojuego en cuestión incluya dichos elementos.

La falta de denominación del producto en el etiquetado es otra de las irregularidades detectadas más comunes, en el 25 por ciento de los casos; mientras que en el 23,3 por ciento de los productos que han sido objeto de control no figura el domicilio del fabricante, envasador o vendedor en la Unión Europea.

La Junta recordó que estas anomalías pueden conllevar sanciones de entre 200 y 5.000 euros, según establece la Ley 13/2003 de Defensa y Protección de los Consumidores y Usuarios de Andalucía para las infracciones de carácter leve, que son las que están relacionadas con deficiencias en la información con la que deben contar los consumidores.

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