El ex vicepresidente del Gobierno del Estado, Francisco Álvarez Cascos, recordó hoy que consiguió acceder a un escaño de la antigua Diputación Provincial de Asturias, desde su concejalía de Gijón, gracias a un recurso contencioso-administrativo defendido brillantemente por el ex dirigente popular, Juan Luis de la Vallina, fallecido ayer jueves, a los 77 años de edad.

Cascos quiso con este recordatorio dedicar un reconocimiento a la figura de uno de los políticos más emblemáticos de la derecha asturiana, desde la fundación de Alianza Popular. El también ex ministro de Fomento recordó al desaparecido como "una persona de convicciones y un orador convincente", y defendió su recuerdo como "una referencia".

Así recordó: "yo fui diputado por el partido judicial de Gijón, gracias a un recurso de Juan Luis de la Vallina en el que realizó una defensa brillante del escaño del partido judicial de Gijón del que nos privaba una decisión arbitraria de UCD". "Nos permitió ganar un contencioso administrativo, lo que me permitió a mi como concejal en el Ayuntamiento de Gijón llegar a la Diputación Provincial", afirma.

Fue uno de los recuerdos con los que se quiso quedar el ex vicepresidente del Gobierno, aunque también señaló otros del fallecido, como "los primeros, cuando era presidente de la Diputación Provincial, o "los trabajos purísimos en el lanzamiento de Alianza Popular, y la llegada al éxito del Partido Popular".

Firmó por casos

Cascos también se quedó con uno de "los últimos recuerdos", cuando "firmó para animarme a que volviera a la primera línea de la política".

Preguntado en este punto si piensa hacerle caso, el ex vicepresidente no quiso hacer ninguna declaración al respecto: "lo que me corresponde decir está dicho con precisión en una intervención pública, y no quiero alimentar ningún tipo polémica".

"Las cosas serias se dicen una vez y el que quiera oírlas las escucha, y el que no pues no, por lo que me remito a lo que dije hace unos días en Valencia de Don Juan", concluyó Cascos.

El ex ministro declaró el pasado 1 de agosto, en un acto en Valencia de Don Juan, no estar "tan sordo" para no oír a "las muchas personas" que piden su regreso a la política. "La calumnia más perversa es la de relacionar mi silencio con hipotéticas propuestas que ningún órgano estatutaria ha tratado", concluyó.