A partir del 10 de enero, y en una primera fase de un mes, más de 3.000 agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil rastrearán en todo el país en busca de camellos y otros profesionales del menudeo a las puertas de colegios e institutos, en plazas y parques aledaños, así como centros habituales de ocio y diversión de los jóvenes.

El plan se prolongará al menos durante los dos próximos años, y prevé la colaboración de los centros educativos. Los delegados y subdelegados del Gobierno convocarán a las Juntas de Seguridad de sus jurisdicciones para decidir cuántos policías autonómicos y locales destinarán a esta estrategia.

No sólo en horario lectivo

Los entornos escolares y zonas de recreo estarán bajo observación en horario lectivo y  de actividades extraescolares. Asimismo, policías locales uniformados participarán en acciones preventivas sobre el consumo de estupefacientes en los centros.

Desde el martes, otro plan de Interior persigue a los pequeños traficantes hasta otras zonas de esparcimiento extraescolar. El Departamento de José Antonio Alonso buscará la colaboración de las empresas de ocio juvenil para que informen de los trapicheos que se produzcan en sus locales. Los agentes vigilarán estas zonas durante los fines de semana y las vacaciones. El objetivo es evitar que la edad de iniciación al consumo de drogas en España siga bajando de los 14 y los 15 años actuales.

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Ojo con las bebidas alcohólicas

El Gobierno ha iniciado una suerte de cruzada sanitaria. Tras prohibir el tabaco en una infinidad de lugares, la ministra de Sanidad ha reconocido que el Ejecutivo trabajará en 2006 en una norma sobre el consumo de alcohol que consiga el mismo consenso que la ley antitabaco. En este sentido, Elena Salgado señaló que las prohibiciones sobre el alcohol no deben limitarse a su consumo en la calle o a restringir la publicidad de bebidas de más de 15 grados. El Ejecutivo contará con la opinión de expertos y estudios antes de elaborar la futura norma.