Dieciséis mineros murieron asfixiados por los gases tóxicos desprendidos del incendio que se declaró este sábado en la explotación aurífera de Luoshan Gold Mine, en la ciudad de Zhaoyuan, provincia oriental de Shandong, en China, con lo que ya van 43 mineros chinos muertos en lo que va de mes, mientras a la vez se trata de rescatar a 34 obreros chilenos atrapados en una mina.

Respecto al caso chino, algunos de los mineros fueron rescatados con vida, pero fallecieron en los hospitales a donde habían sido trasladados y donde también fueron ingresados una cuarentena de mineros no graves. Este sábado también, una explosión de gas grisú dejó atrapados a seis mineros en una explotación hullera de Shifang, al suroeste de la provincia de Sichuan y se desarrollan las tareas de rescate, sin que se anunciaran víctimas.

"Empezamos a notar un olor putrefacto y supimos que algo iba mal. Cerramos la ventilación y esperamos a ser rescatados", dijo a la agencia oficial Xinhua Lu Ming, hospitalizado en Zhaoyuan. Según las autoridades, el fuego prendió repentinamente en un cable eléctrico cuando 329 mineros trabajaban bajo tierra con lo que también la instalación quedó a oscuras durante varias horas.

La policía inició una investigación sobre las causas del accidente y el propietario de la mina fue sometido a custodia policial aunque al parecer la instalación contaba con licencia en regla. Esta misma semana, dos accidentes mineros separados, en el suroeste y centro de China, dejaron 27 muertos.

Accidente en Chile

Las autoridades chilenas ordenaron a los grupos de rescate "trabajar toda la noche" con el fin de rescatar a tiempo a 34 mineros que se encuentran atrapados desde el jueves en un yacimiento en Copiapó, a 834 kilómetros al norte de Santiago. "Tenemos turnos continuos de cuatro horas", confirmó la ministra de Minería de Chile, Camila Merino.

El derrumbe se produjo aproximadamente a las 14.00 horas (18.00 GMT) de este jueves, en la cota 350 (metros sobre el nivel del mar) en el yacimiento San José, situado a unos 45 kilómetros al noreste de Copiapó, capital de la desértica región de Atacama.

Los equipos de rescate albergan la esperanza de que los trabajadores hayan accedido hasta un refugio situado a unos cien metros del derrumbe, hacia el interior, donde hay víveres, ropa de abrigo y oxígeno para aguantar hasta 72 horas.

Los familiares de los 34 mineros atrapados desde el jueves en el yacimiento San José aguardan en los aledaños de la mina con una mezcla de angustia, indignación y esperanza, mientras sigue la batalla contra el tiempo para sacarlos con vida.

Jéssica Salgado, esposa del minero Alex Vega, de 31 años, atrapado en el yacimiento, se queja de la poca información que les han proporcionado la compañía. "Yo me quedo hasta que mi marido salga. Tenemos mucha angustia, mucho dolor, y ganas de esperar y que todo salga bien".

Éste no es el primer accidente que ocurre en esta explotación, situada a 45 kilómetros al noreste de la ciudad de Copiapó, en pleno desierto de Atacama. Jéssica explica que hace sólo un par de semanas otro trabajador perdió una pierna al quedar atrapado bajo una roca. La esposa del trabajador no oculta su enojo con la minera San Esteban, a la que acusa de informar muy tarde a las autoridades de lo sucedido.