El Gobierno británico de David Cameron aboga por poner fin a la atribución de viviendas sociales con carácter vitalicio en este país como forma de incrementar la movilidad social.

Según adelanta el diario The Guardian, la coalición conservadora-liberaldemócrata propondrá que las autoridades revisen periódicamente ese tipo de contratos para determinar si el inquilino en cuestión sigue necesitando la vivienda o si sus ingresos le permiten alquiler en el sector privado.

Hasta ahora quienes tienen una vivienda de tipo social pueden tenerla de por vida y en el caso de que sea del Ayuntamiento pueden incluso pasarla a sus hijos. Según el ministerio para las Comunidades, el costo para cada contribuyente británico de esos beneficios sociales es de 35 libras semanales (unos 42 euros), y el argumento del Gobierno es que los contratos de por vida representan un uso ineficaz de los recursos públicos.

El martes, Cameron se preguntó si tiene sentido mantener el actual sistema vitalicio y abogó por establecer contratos por plazos determinados, que podrían ser de cinco años, en beneficio de la movilidad social.

"Tal vez al cabo de cinco o diez años, una persona estará trabajando en algo distinto y ganando más dinero, y no necesitará esa vivienda (social) sino que podrá permitirse una en el sector privado", dijo el político conservador.