Eduardo Arroyo denuncia la "sovietización" del arte y reivindica la "libertad" de lo privado

El artista Eduardo Arroyo ha denunciado la "sovietización" del arte y ha reivindicado el papel de "lo privado como sinónimo de libertad". Así, lamenta que se haya llegado a un punto en que haya artistas que "trabajan para el Estado" y "nunca han participado en una subasta", que trabajan "por encargo" y no pasan por el "filtro doloroso" de la oferta y la demanda.

El artista Eduardo Arroyo ha denunciado la "sovietización" del arte y ha reivindicado el papel de "lo privado como sinónimo de libertad". Así, lamenta que se haya llegado a un punto en que haya artistas que "trabajan para el Estado" y "nunca han participado en una subasta", que trabajan "por encargo" y no pasan por el "filtro doloroso" de la oferta y la demanda.

Arroyo, que participa este semana en el ciclo 'El autor y su obra', dentro de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, ha señalado que se ha pasado a una "enorme" y "monumental" presencia estatal en la cultura, que se ha convertido en "burocrática", con la aparición de un "ejército muy fuerte" de funcionarios "con mando en plaza".

El resultado ha sido la "banalización, el encorsetamiento y la autocensura" de los movimientos culturales, con consecuencias como las "listas cerradas" con los "mismos artistas" en los museos o la aparición de una "cantidad inimaginable" de artistas. "Todo el mundo quiere ser artista, todos quieren exponer en museos e ir a Arco", ha señalado.

Él cree que lo público y lo privado son complementarios, y reconoce la importancia de los apoyos públicos en casos como los museos o las óperas, aunque sigue creyendo "mucho" en lo privado.

Eduardo Arroyo, —pintor, escritor, escenógrafo y periodista— admite que es "tremendamente pesimista" ante esta situación, que "no tiene el más mínimo arreglo ni posibilidad de modificación".

Y confiesa que él está "chapado a la antigua" y es cada vez más un "un viejo cascarrabias e intolerante que sigue pintando al óleo" cuando esto ya no es "moderno".

"No estoy muy satisfecho de cómo está el arte, si hoy tuviera 20 años, no sería artista", asegura, al ver que este es un mundo que "cada vez le interesa menos".

De momento, está trabajando en una serie de exposiciones y también en una guía "desenfadada y autoirónica" del Museo del Prado, por encargo de esta institución.

Por otra parte, Eduardo Arroyo ha mostrado su apoyo a Mikel Barceló, un artista que "está padeciendo una situación de a la contra" que él ve "francamente injusta", pues considera a este autor como alguien "inteligente" y con "mucho temple", "con sus altos y sus bajos".

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