Con los 2 de Hernani son ya 57 los presuntos etarras detenidos en 2010

Dos ertzainas en plena operación antiterrorista
Dos ertzainas en plena operación antiterrorista
Juan Herrero / EFE
Dos ertzainas en plena operación antiterrorista

Con la detención de este martes en Hernani (Guipúzcoa) de Gurutz Aguirresarobe Pagola y de su ex compañera Aitziber Ezkerra Segurajauregi son ya 57 los presuntos miembros de la banda terrorista ETA arrestados por las fuerzas de seguridad en lo que va de año 2010.

Veinticuatro de estas 57 detenciones se han producido fuera de España, una de ellas, la última, en Irlanda del Norte, otras veinte en Francia y tres en Portugal.

El pasado 25 de junio en Belfast (Irlanda del Norte) fue detenido Fermín Vila Michelena, que fue miembro "liberado" del "Comando Madrid" en 2001, en una operación conjunta con la Policía británica.

De las detenciones que se practicaron en Francia, destaca la de Mikel Carrera Sarobe, considerado el número uno de la banda, apresado el pasado mes de mayo en Bayona.

Las 33 restantes se han practicado en España, según la contabilidad realizada con las informaciones de la Agencia EFE.

Una de las más destacadas fue la detención el 14 de abril la Guardia Civil, en una operación ordenada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska, en Vizcaya y Guipúzcoa a diez personas, tres de ellas abogados de presos de ETA, acusados de servir de correos con la organización terrorista y gestionar la huida de etarras.

Los detenidos fueron los abogados Arantza Zulueta, Jon Enparantza e Iker Sarriegi; los etarras José Luis Gallastegui; José Domingo Aizpurúa Azipuru y Naia Zuriarrain, todos ellos condenados anteriormente por su pertenencia a ETA. Además fueron apresados Saioa Agirre Arauko, portavoz de Etxerat; Erramun Landa Mendibe; Juan María Jauregi Zalakain y Asier Etxabe.

Con esta operación se logró romper un importante eslabón dentro de la organización terrorista y su relación con los presos.

Tras un año sin atentados, detención de Aguirresarobe

El 30 de julio de 2009, el estallido de una bomba lapa colocada bajo un automóvil del cuartel de la Guardia Civil de la Playa de Palma Nova, en el municipio mallorquín de Calviá, costaba la vida a dos agentes, los últimos muertos a manos de la banda terrorista.

La víspera de aquel crimen, un potente coche bomba explotaba junto a la comandancia de la Guardia Civil de Burgos, causando 65 heridos entre agentes y familiares. Semanas antes, el 16 de junio, ETA asesinaba en Arrigorriaga al inspector de policía Eduardo Puelles, último civil asesinado a manos de la banda.

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