Un total de 17 personas han sufrido picaduras de 'carabela portuguesa' a lo largo de la jornada en varias playas cántabras, entre ellas, un socorrista que intentaba sacar del agua uno de los ejemplares.

Según han informado fuentes del 112, el municipio donde se han registrado más picaduras ha sido Noja, con siete personas afectadas. Se trata de un joven de 23 años y una mujer de 51 años que sufrieron picaduras en sendos brazos, un chico de 17 años y un niño de tres años con picaduras en ambos casos en una pierna, y tres chicos de 14, 15 y 16 años, con picaduras en pies.

Mientras tanto, en las playas de Santander se han contabilizado otros tres casos, uno de ellos en la playa de la Concha, donde una chica de 16 años ha sufrido la picadura en una pierna.

Además, en la segunda playa del Sardinero los afectados han sido un niño de 10 años, con picadura en una mano, y un pequeño de cuatro años con picaduras en un brazo y una pierna que ha tenido que ser trasladado a un centro de salud.

También ha requerido traslado a un centro de salud una joven de 19 años que sufrió picaduras en brazos y piernas en la playa de Ostende I, en Castro Urdiales. Junto a ella, han sido atendidos sus padres: un varón de 42 años con picadura en una pierna, y una mujer de 46 con picadura en un brazo.

Por último, la 'carabela portuguesa' también ha dejado picaduras a un chico de 15 años en la playa de Ajo, a otra persona en la playa Salvé de Laredo, a dos chicos de 16 años en Sonabia (atendidos en el puesto de Oriñón), y a uno de los socorristas del puesto de Ostende III, que sufrió picaduras en mano y antebrazo al intentar sacar del agua una de las medusas. '

Carabela portuguesa'

Aunque similar a una medusa, la 'carabela portuguesa' (Physalia physalis) es un tipo de hidrozoo de la subclase de los sifonóforos. Tiene forma de globo de color azulado y violeta iridiscente, con un tamaño máximo que oscila entre diez y quince centímetros. Permanecen siempre en superficie, aunque sus tentáculos, que pueden alcanzar varios metros de longitud, permanecen bajo el agua.

La picadura es bastante dolorosa y puede resultar potencialmente peligrosa para los grupos de mayor riesgo, niños, personas mayores y personas alérgicas, así como personas con problemas cardiovasculares. El contacto con sus tentáculos provoca quemaduras e hinchazones en la piel.

En caso de picadura, se recomienda acudir al puesto de socorro para la extracción de cualquier resto de tentáculo que permanezca adherido a la piel y controlar cualquier posible reacción al veneno.

En todo caso, no debe rascarse ni frotar la zona afectada, ni limpiar la picadura con agua dulce. Es aconsejable aplicar frío sobre la zona afectada durante quince minutos usando una bolsa de plástico con hielo, nunca el hielo directamente.