La reconstrucción de la casa cuartel y del edificio de oficinas de la Guardia Civil de la avenida de Cantabria de la capital burgalesa centran los trabajos un año después del atentado cometido el 29 de julio de 2009 por la banda terrorista ETA que destrozó por completo las instalaciones.

Los pabellones de viviendas se encuentran en plena fase de reconstrucción, tras la demolición de las tabiquerías y cerramientos, mientras que el edificio de oficinas y dependencias de la Guardia Civil está prácticamente finalizado.

A falta de algunos retoques, desde la Subdelegación del Gobierno se espera que en "próximas fechas" se pueda realizar el traslado de las oficinas a su ubicación habitual de la avenida de Cantabria, donde se ha construido un nuevo edificio adaptado a las necesidades de la Guardia Civil.

Mientras tanto, los guardias civiles y sus familiares se encuentran realojados en diferentes viviendas facilitadas por la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Burgos, que desde un primer momento colaboró en las tareas de alojamiento de las víctimas.

Cabe recordar que una furgoneta bomba de ETA hizo explosión en torno a las cuatro de la madrugada del 29 de julio de 2009 en la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos, entre la calle de Jerez y la avenida de Cantabria.

La explosión ocasionó más de 60 heridos leves, entre civiles y guardias civiles, de los que 49 de fueron trasladados al Hospital General Yagüe y posteriormente dados de alta.

La furgoneta, que fue aparcada en torno a las 2.00 horas en la parte posterior del cuartel, donde residen los agentes con sus familias, provocó un enorme cráter en el suelo así como cuantiosos daños en el mismo edificio, afectando a sus 14 plantas, de las que las dos primeras quedaron totalmente destrozadas.

Además, la onda expansiva causó destrozos en varios edificios colindantes, entre ellos las oficinas de la Policía Local y se rompieron algunas canalizaciones de agua y cristales del edificio de Bomberos.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se trasladó hasta el lugar de los hechos donde aseguró que "era una bomba de una potencia importantísima para hacer daño a las familias".

La Casa Cuartel de la Guardia Civil en Burgos estaba entre los objetivos que se había marcado el último 'comando Vizcaya' de ETA, que fue desarticulado en julio de 2008.