El Gobierno intentó pactar por la vía diplomática el fin de los clasificados de contactos. Bibiana Aído, ministra de Igualdad, recorrió hace un año los despachos de dirección de las principales cabeceras nacionales. Expuso el conflicto ético que supone defender los derechos humanos y 'patrocinar' el repugnante negocio del proxenetismo. E instó a los periódicos a prohibir los clasificados de sexo y marginar así a las mafias que trafican con mujeres.

Las conclusiones de estos encuentros no tuvieron repercusión mediática. Un detalle sintomático del espíritu nada colaborador de los departamentos comerciales a prescindir de los jugosos beneficios que reporta este tipo de publicidad. Sólo trascendió una idea: los medios prescindirían de estos ingresos a cambio de una contraprestación que mitigase el impacto económico de la supresión de los anuncios de sexo.

Pero la negociación no forma parte del juego gubernamental. "Los intereses comerciales son injustificables cuando se violan y vulneran derechos fundamentales. Las ganancias no pueden situarse por encima de la dignidad de las mujeres", explica Bibiana Aído, a 20 minutos. Fin de la negociación diplomática. La indiferencia mediática a la autorregulación ha reactivado la presión gubernamental.

El Ministerio de Igualdad confiaba en que la coherencia se impusiese al lucro. Pero erró. "Resulta absurdo que los medios denuncien la trata de mujeres en una página y la anuncien en otra", continúa Aído. "Creíamos que reaccionarían ante las directrices adoptadas por el Parlamento, pero el tiempo ha demostrado que nos equivocamos". Ahora, el Ministerio de Igualdad espera para las próximas semanas un informe del Consejo de Estado que proponga alternativas legales para erradicar este tipo de publicidad: "No es el momento de adelantar opciones, sino de esperar el dictamen y analizar las posibilidades judiciales".

La realidad es compleja. La aplicación estricta de la ley permitiría prohibir de forma inmediata los anuncios de prostitución. La Ley General de Publicidad considera ilegales los anuncios que "atenten contra la dignidad de la persona" y los que "presenten a la mujeres de forma vejatoria". El artículo 1 de la Ley de Igualdad recoge que "hombres y mujeres son iguales en dignidad humana" e incluso el artículo 15 de la Carta Magna reconoce que "nadie puede estar sometido a tratos degradantes".

Sin embargo, existen vericuetos legales y excepciones jurídicas que permitirían a los proxenetas seguir anunciándose con total impunidad. Por ejemplo: está prohibido presentar a la mujer de forma vejatoria. La clave sería la esterilización del mensaje. En vez de Negra. Tetona. Cachonda 00323. El anuncio sería: Ana 00323. Y problema resuelto. La clave, el informe del Consejo.

Por qué hay que prohibirlos

Bibiana Aído es consciente de que la publicación de estos anuncios "oculta y da cancha" a la trata de personas y al proxenetismo. Pero el Gobierno baraja más razones para trabajar por la eliminación de este tipo de publicidad. "Atentan contra la dignidad de las personas, se publican en la prensa generalista que es de acceso fácil incluso para los menores y banaliza el ejercicio de la prostitución al presentarla como una profesión común y socialmente aceptada".