La ley antitabaco le costará 800 millones de euros a la hostelería

Los dueños de los 37.000 establecimientos hosteleros de Galicia advierten de que se perderán cerca de 1.000 empleos.
La entrada en el 2006 será un duro trago para el sector de la hostelería en Galicia. Los propietarios de los 37.000 establecimientos que hay repartidos por toda la comunidad reconocen que cada día que pasa su preocupación ante la nueva ley antitabaco «es más grande». A juicio de estos empresarios, existe «muchísima confusión en todos los aspectos», sobre todo a la hora de decidir cómo se va a aplicar la normativa sin tener que perder clientela.

Conscientes de que el fumar es un hábito muy arraigado entre gran parte de sus clientes, los miembros de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia ya han hecho sus cálculos para evitarse sustos. La cifra les da pavor: entre 700 y 800 millones de euros de pérdidas le costará al sector prohibir  fumar en sus locales.

Pero además de desatar los malos humos de los dueños de los locales, la normativa que entrará en vigor el próximo 1 de enero afectará al bolsillo de muchos trabajadores del sector. En total, la Confederación advierte de que aplicar la ley traerá consigo la supresión de unos 1.000 empleos en Galicia.

Ayudas y colaboración

Para tratar de evitar que cunda el pánico, el conselleiro de Industria de la Xunta, Fernando Blanco, ha convocado una reunión con los distintos representantes del sector para estudiar las medidas de colaboración que la Administración gallega ofrecerá a la hostelería. Durante el encuentro, Blanco aprovechará para «analizar en profundidad» toda la ley.

Desde la Consellería de Industria se baraja que las ayudas de la Xunta se fijen a través de los planes de mejora competitiva, que cuentan ya con un presupuesto de seis millones de euros que se dirigirían en buena parte a actuaciones orientadas a habilitar espacios separados para fumadores y no fumadores.

Locales con ‘feísmo’

Los hosteleros más escrupulosos ven la aplicación de la nueva ley como una amenaza estética. Y es que para los locales de más de 100 metros cuadrados implicará la realización de obras y la redistribución de su espacio interior, con el fin de habilitar zonas específicas para los clientes que decidan seguir fumando. Los propietarios de estos establecimientos temen que estas obras forzosas den lugar a la aparición de «zulos y rincones en los que los fumadores deberán amontonarse», alertó el vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia, Ovidio Fernández.

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