Según los cálculos que baraja Antoni Torres, director de calidad del Gremi de Restauració de Barcelona, nueve de cada diez locales con menos de 100 m2 permitirán que sus clientes fumen en su interior, aunque «las dudas de los propietarios de bares y restaurantes a la hora de aplicar la normativa ha sido la tónica de estos días», dijo.
El miedo a las sanciones si un cliente se salta la ley y fuma en un restaurante parece ser la causa que ha llevado a los hosteleros a permitir fumar en sus locales. Eso sí, tendrán que advertirlo explícitamente en la entrada del establecimiento. Según el Gremi de Restauració, esta ley pone al empresario «en la dicotomía de tener a unos clientes contentos y a otros no».
En los locales de más de 100 m2 se podrá fumar, pero en áreas reservadas y que no superen el 30% de la superficie total del negocio. Los empresarios se quejan del coste de las reformas, además de tener que pedir permiso a los propietarios (si el local es de alquiler, situación en la que está el 70% de los locales de Barcelona).
Descansos discriminatorios
La patronal catalana CECOT aconsejó ayer a las empresas que no habiliten tiempo de descanso recuperable para los fumadores si esta medida no se aplica a los no fumadores, ya que puede ser interpretada como una discriminación en las relaciones laborales. La patronal denunció que la nueva ley de prevención del tabaquismo causará «gastos inminentes» para las empresas, como la pérdida de horas para fumar fuera del lugar de trabajo.
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