Zapatero pide al PSOE que anteponga interés de España al del partido, frente a un PP que sólo quiere elecciones

Inicia su intervención con un agradecimiento expreso al presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, que no aspira a la reelección Agradece el "apoyo generoso" en momentos difíciles y asegura que no "ahorrará" en prestación por desempleo, educación o becas

Inicia su intervención con un agradecimiento expreso al presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, que no aspira a la reelección Agradece el "apoyo generoso" en momentos difíciles y asegura que no "ahorrará" en prestación por desempleo, educación o becas

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó hoy ante los dirigentes del PSOE que la principal responsabilidad de los socialistas es "con el interés de España", por encima del interés del partido, frente a un PP cuyo único objetivo es lograr la convocatoria de elecciones generales.

En su intervención ante el primer Comité Federal del PSOE tras el plan de ajuste de gastos aprobado por el Ejecutivo, la reforma laboral y de la de la ley de cajas, Zapatero admitió que ha tomado decisiones "difíciles" pero defendió que son "imprescindibles" para mantener el Estado del bienestar.

Así, recalcó que todas ellas pretenden "corregir los desequilibrios acumulados" por la economía español. "Nuestro objetivo es adelantar la recuperación económica y el empleo, el objetivo de Rajoy es "adelantar las elecciones", dijo el secretario general del partido apenas iniciado su discurso.

"Nuestra responsabilidad es con el interés de España, no con el interés de nuestro partido, y sería deseable que todas las fuerzas responsables que pretenden ser alternativa de Gobierno actuaran así", manifestó.

Zapatero asumió ante la plana mayor del PSOE que las medidas hay que "explicarlas una y otra vez" y ser "comprensivos con quien no les gusta o las critica", pero les pidió que no duden "ni por un momento" de que son "necesarias, imprescindibles y que a medio plazo se valorarán como adecuadas".

El líder socialista dirigió a los suyos un discurso de más de una hora, en el que dedicó 10 minutos a la situación creada en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el 'Estatut' y el grueso de la intervención a explicar las medidas "difíciles" y a reivindicar que la cohesión social sigue siendo la "columna vertebral" de su política aunque ahora se le acuse de haber hecho un "giro".

Así, agradeció "de todo corazón" a los socialistas su "apoyo leal y generoso" —"que tiene el mérito y la marca de la casa del PSOE", dijo— y que sepan afrontar "los momentos difíciles con capacidad de cohesión, con sosiego, aguantando muchas críticas y admitiendo errores que nunca se admiten en otras latitudes políticas".

Y en la misma línea, les pidió que sigan siendo "el partido político capaz de hacer las reformas, aunque sean difíciles" y a la vez "capaz de vertebrar la convivencia, respetar las identidades" y sentirse "orgulloso de defender la idea de España como cualquier otro".

Frente a los que hablan de "giro" en las políticas del PSOE -algunos "de buena fe" y otros "con intención"- Zapatero defendió y detalló los avances sociales de sus gobiernos -incluida la revalorización de las pensiones- y garantizó que, aunque ahorre "en casi todo", el Gobierno "no ahorrará" en protección en becas, en educación ni en protección por desempleo y se refirió a la ayuda de 416 euros como expresión de la "voluntad" política de ayudar a quienes más lo necesitan.

De este modo, defendió que la política de austeridad de hoy tiene un objetivo, mantener la política social. "Y en cuanto la economía lo permita porque crezca por fuerza poder desarrollar, aumentar y mejorar el estado del bienestar social en España", manifestó.

Además, Zapatero se situó "del lado de los que piensan que el Estado social es financiable y mejorable, y que hay que hacerlo con una economía fuerte y competitiva", y no de los que creen que no es posible mantenerlo. "Sí lo es, y lo vamos a demostrar los socialistas", recalcó.

Reducir endeudamiento, IMPRESCINDIBLE

El presidente dedicó buena parte de su discurso a defender, justificar y explicar las medidas de ajuste y las reformas económicas, y reiteró una y otra vez que es "imprescindible" recortar el déficit y reducir su ritmo de endeudamiento, no sólo el Estado, sino también las empresas y familias, porque si no en el futuro le será "muy difícil" financiar el crecimiento.

Con ese mismo objetivo, defendió que la economía española debe ser más productiva y más competitiva -innovar más, exportar más- para financiar mejor su crecimiento. Reducir el endeudamiento y combatir el paro, dijo, son los "temas centrales" que el Gobierno está abordando ahora, y con una perspectiva "a más largo plazo" y para reforzar la "confianza" doméstica e internacional, las reformas estructurales.

En concreto, se detuvo a defender la reforma laboral, pendiente de tramitación parlamentaria para insistir en que no pretende debilitara a los sindicatos, para mostrar que "reducirá la tasa de paro estructural y la tasa de temporalidad", aunque no sea "de la noche a la mañana". A su juicio, lo fundamental es que la economía española no haga recaer en el empleo todo el impacto de una crisis. Por eso, volvió a desear que la norma tenga "máximo respaldo" en el Congreso.

Incidió además en que la reforma de las pensiones debe hacerse "cuanto antes" advirtiendo de que "cerrar los ojos hoy seguramente es afrontar una situación muy preocupante en unos años". "La reforma es hacer un muy buen servicio al país, a los trabajadores que tendrán un futuro de confianza", aseveró.

Zapatero había iniciado su intervención con un agradecimiento expreso al presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, que no aspira a la reelección, y calificándole de "buen amigo" y "buen compañero".

Sin fecha para financiación local

Ante más de dos centenares de dirigentes, entre ellos muchos alcaldes socialistas, Zapatero volvió a confirmar que no hay fecha para la reforma de la financiación local, que se hará "cuando las cosas, desde el punto de vista financiero, lo permitan".

Eso sí, reconoció que la reforma es necesaria y dijo ser consciente de que los alcaldes -que afrontan elecciones dentro de 10 meses- son los que tienen que dar "respuesta cada día" a los problemas de la gente. "En la medida en que podamos, cuando podamos, abordaremos la financiación local", afirmó.

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