Mientras la mayoría de encuestados (94,9%) admite que el matrimonio no supone un obstáculo para la vida profesional del hombre, casi uno de cada cuatro (22,1%) sí piensan que resulta un obstáculo para la mujer.

Y es que nueve de cada diez (89,7%) creen que tener hijos no afecta a la vida laboral del hombre, pero el 57,6% reconoce que sí lo es para la mujer. El 87,1% opina que "las cargas familiares son el principal obstáculo para que las mujeres puedan desempeñar sus trabajos en condiciones de igualdad que los hombres".

En este sentido, aunque hay un acuerdo casi unánime de que "tanto el hombre como la mujer deberían contribuir a los ingresos familiares" (88,4%) y aun más en que «tanto el hombre como la mujer deberían contribuir al cuidado del hogar y sus miembros (92,9%), aunque casi uno de cada cinco españoles (17,3%) cree que "el deber de un hombre es ganar dinero y el de una mujer, cuidar de su casa y su familia" y uno de cada cuatro (24,7%), que "no está bien que el hombre se quede en casa y cuide de los hijos".

Todo ello pese a que seis de cada diez (61,3%) admiten que "a menudo la vida familiar se resiente porque los hombres se concentran demasiado en su trabajo".

Las tareas de casa, todavía para la mujer

Este pensamiento coincide con la lógica en el reparto de tareas en el hogar, a las que se dedica principalmente la mujer. Es la que debe hacer la colada (80,1%), la compra (48,6%), decidir qué se va a comer en casa (69,3%) y cocinar (74,3%).

Sólo en el cuidado de los enfermos parece que el tiempo se comparte un poco más: el 47,3% de las parejas lo hace. Los hombres parecen reservarse para las pequeñas reparaciones del hogar (67%), aunque les ayudan profesionales en ocasiones (6,5%), frente al 1% que echa una mano a las mujeres en sus tareas.

La mayoría, casados

Laencuesta también hace referencia a la forma de vida que prefieren los españoles. Tres de cada cuatro (73,8%) aseguran vivir en pareja, y la inmensa mayoría (94,3%) de ellos se sienten muy satisfechos con su relación, frente a tan sólo un 1,3% a quien le genera más insatisfacción que otra cosa y un 2,1% quien la califica de "regular".

Además, la mitad de los consultados (55,6%) se decanta por el matrimonio como forma de vida que prefiere, por encima de otras opciones como vivir en pareja (20,9%) o vivir solo (8,6%).

Precisamente a la hora de contraer matrimonio, lo que más pesa es la idea de tener hijos (68,4%), la comodidad para evitar problemas "a la larga" (53%), la estabilidad de la pareja /46,2%) y las presiones familiares (51,7%), y menos las creencias religiosas (46,2%).

De hecho, las justificaciones para dar el paso de casarse son de todo tipo, como "obligarse a ser fiel (63,6%), "demostrar al otro que le quiere de verdad" (59,9%), "hacer la vida cotidiana más practica" (53,1%) o hacer más difícil una posible ruptura" (47%). Pero el deseo de "garantizar los derechos a los hijos" (74,9%) es el que prima.

Dos de cada tres consultados (63,1%) tienen hijos, con una media de 2,4, y seis de cada diez aun conviven con ellos. Y, aunque la mayoría asegura que ser padres no les ha supuesto cambios en la vida profesional, un 14,7% dice que su empleo se ha estabilizado, otro porcentaje similar interrumpió su trabajo un año y un 11,5% explica que ha limitado sus oportunidades. Un 7,3% dejó de trabajar definitivamente y un 10,3% redujo su jornada laboral.