Italia: Historia, romanticismo y arquitectura en la palma de nuestra mano

Conocer un país a fondo lleva toda una vida, y más si se trata de una nación como Italia. Una península que destila historia, tradiciones, cultura, moda y una archiconocida gastronomía con la uno nunca se cansa de comer.

Es recomendable contar con los servicios de un guía para no perderse nada de sus ciudades, tan cargadas de vitalidad, y poder optar por las propuestas más interesantes de este destino tan llamativo como turístico. No es fácil encontrar una buena oferta, pero solventado ese problema conviene tener en cuenta algunos lugares  ineludibles.

Tal es el caso de Roma, la cuna de buena parte del desarrollo cultural de la civilización occidental y la ciudad más grande de Italia. Un lugar en el que la historia y el respeto por los monumentos que han trascendido a lo largo de los años se mantiene. Quien no conozca el Coliseo  o el centro histórico, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, tiene una cita pendiente que no debe postergar.

El ambiente de la ciudad es muy atractivo y el turismo es muy habitual en la ciudad en esta época, así que el servicio para el turista es una de las fuentes de ingresos más importantes. El viajero ha de tener en cuenta que en muchos establecimientos cobran el cubierto aunque no se consuma y se recomienda mirar bien la cuenta y cerciorarse antes de comer qué servicios extras hay que pagar y que pueden darse por incluidos para evitar sorpresas. De hecho existe una policía fiscal que vigila que no haya abusos por parte de los hostales, por lo que recibir un ticket es imprescindible para cualquier tipo de consumo, exíjalo.

Otra parada obligatoria es la Ciudad del Vaticano, sede mundial del cristianismo desde hace 20 siglos y que alberga tesoros aquitectónicos y artísticos sin parangón, entre ellos la Capilla Sixtina o la Basílica de San pedro. El sentimiento de sobrecogimiento allí es habitual, así como las largas colas, por lo que conviene ser paciente.

Florencia es el centro histórico, artístico, económico y administrativo de la céntrica región de Toscana. El centro  de la ciudad fue declarado también Patrimonio de la Humanidad, antes incluso que el de Roma y llegó a ser durante cinco años capital de Italia. Allí puede verse el famoso David de Miguel Ángel o el espléndido Palazzo Vecchio o el museo de los Uffizi sin olvidarse del Duomo (la catedral).

Esta región destaca también por sus vinos y sus variadas denominaciones de origen y por sus verduras y hortalizas. Se recomienda especialmente en esta zona el pesto genovés, una exquisita salsa.

Venecia es lugar para el romanticismo. Al viajero le costará resistirse a pasear en góndola pese a su alto precio. Es muy conocido su carnaval, motivo por el que, en cualquier época del año, pueden verse hermosas y trabajadas máscaras artesanales confeccionadas para estos días de fiesta que los venecianos celebran con especial pasión.

Visitar Pisa es recomendable no solo por el hecho de que allí se encuentre la torre inclinada para cuyo acceso conviene pensárselo por su alto precio. Cabe señalar que, por la naturaleza del terreno, en Pisa hay tres torres inclinadas. Pisa fue el lugar donde nació Galileo Galilei, se ha convertido en centro de industria ligera y aunque no lo parezca sufrió repetidas destrucciones durante la Segunda Guerra Mundial.