Aunque la economía se adueñará de todo el hemiciclo, nadie duda de que el Estatut intentará hacerle "sombra" en el debate sobre el estado de la nación que se celebrará con la "resaca" de la manifestación en defensa de esa ley y el "atracón" de los 881 folios de la sentencia sobre la norma básica catalana.

No será el Estatut el único asunto que, además de la crisis económica, formará parte del listado de materias que plantearán los portavoces de los grupos en el debate.

La corrupción que salpica a algunos partidos, el fallido pacto por la educación, la nueva Ley del Aborto, el "parón" de las infraestructuras en algunas comunidades o la siempre prometida, y hasta ahora no resuelta, financiación local, podrían salir a relucir en las dos sesiones del debate.

El texto completo del fallo del Tribunal Constitucional (TC) estará aún "calentito" en las manos de los políticos catalanes y CiU, ERC e ICV, sobre todo, aprovecharán sus intervenciones para introducir el Estatut en el debate, sin olvidarse de la primera cita electoral del calendario: los comicios autonómicos catalanes.

Renovación del Constitucional

Todo indica que la discusión relacionada con el Estatut servirá también para pedir que se acelere el proceso de renovación de los magistrados del TC, ya iniciado en el Senado con la toma en consideración de la propuesta de reforma de la ley del alto tribunal para evitar el "bloqueo" que ha sufrido hasta ahora.

Precisamente, el TC tendrá que pronunciarse sobre otro asunto que los partidos querrán incluir en el debate: la nueva Ley del Aborto que la semana pasada entró en vigor y con la que discrepa especialmente el PP. Se trata de una de las promesas cumplidas en este último año y, por tanto, un logro que podrá "vender" el Gobierno.

No obstante, uno de los asuntos prioritarios para el Ejecutivo, el pacto por la educación, no ha salido adelante pese al empeño del titular del área, Ángel Gabilondo, porque se ha dado de bruces con la oposición de los "populares".

En política exterior, el Gobierno tendrá ocasión de escuchar el balance, no siempre positivo, de los grupos sobre el semestre de la presidencia de la UE y podrá presumir de la reciente decisión de Cuba de liberar a 52 presos políticos y de la presencia ya consolidada de España en el G-20.

Una de las cuestiones que ha protagonizado muchos de los debates de política general, el terrorismo, volverá a ser desbancada por la economía, aunque los éxitos policiales de la lucha contra ETA y el objetivo prioritario de acabar con la banda estarán presentes en el discurso del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

Los ayuntamientos, a la espera

Ya resuelta la financiación autonómica, uno de los temas estrella en otros debates, le toca el turno a los ayuntamientos, que esperan un guiño del Gobierno en la cita del miércoles, sobre todo porque las arcas municipales siguen asfixiadas pese al "respiro" que ha supuesto los dos fondos de inversión que en los dos últimos años han permitido sufragar obras por valor de 13.000 millones de euros.

De todos modos, los ayuntamientos siguen a la espera de un nuevo modelo de financiación y de una ley que clarifique sus competencias. El Gobierno reiterará la fecha de 2011 para ambos proyectos. A pesar de la repercusión que los recortes tendrán en las infraestructuras, no hay duda de que se pedirá que se imprima más velocidad a proyectos como el AVE.

Otro asunto colateral al que algún portavoz podría referirse es la reforma electoral, ya que el resultado de los trabajos de la subcomisión del Congreso que ha analizado posibles modificaciones de la normativa no ha satisfecho a todos. Quizá se plantee también el posible adelanto electoral, que quizá algún grupo exija, o la remodelación del equipo de Gobierno.

Y como en un debate de estas características no pueden faltar las "pullas" al adversario y el "y tú más", dos nombres propios que no se sentarán en el hemiciclo -Francisco Camps y José Joaquín Ripoll- estarán sin embargo presentes, porque los casos de corrupción política también saldrán a colación.

Un debate que se celebrará bajo la euforia de la primera copa del mundo que la selección española de fútbol ha conseguido en Sudáfrica, a la que con toda seguridad felicitará un hemiciclo que, por una vez, será totalmente "rojo".