El ex portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, asegura que, en estos momentos, el logro de unos "mínimos suficientes que garanticen la participación política de todos" es "el primer objetivo" para la izquierda abertzale, en el contexto de las "vías e instrumentos democráticos" en la búsqueda de la independencia de "Euskal Herria".

Además, explica que, "si en la llamada 'transición', el modelo autonómico pivotó sobre la centralidad del regionalismo del PNV, en esta nueva fase política, en esta 'segunda transición de base democrática', el independentismo tiene vocación de constituirse en uno de los ejes principales que determine, desde un acuerdo democrático de resolución al conflicto, la evolución progresiva de los marcos jurídico-políticos actuales".

En una entrevista en Gara, recogida por Europa Press, Otegi, actualmente preso en la cárcel de Logroño y al que se cita como "representante de la izquierda abertzale", indica que, "ante el agotamiento del marco político de asimilación impuesto a Hego Euskal Herria —Euskadi y Navarra— a la salida del franquismo, el Estado no encuentra sucedáneos políticos para integrar al abertzalismo y, en general, a la masa crítica susceptible de protagonizar el mencionado cambio político y social".

"Hemos desgastado el modelo de asimilación de los estados y reforzado la posición estratégica del movimiento abertzale, ésa es la nada despreciable victoria política de la izquierda abertzale en estos treinta años de lucha", destaca.

Para Otegi, actualmente nos encontramos en un "tránsito entre ciclos" a pesar de que reconoce que, en los últimos años, "el Estado ha logrado en los últimos años imponer situaciones de bloqueo y niveles de neutralización" de la estrategia de la izquierda abertzale, considerando que esta situación "corre a su favor".

Sin embargo, también advierte de que "el Estado no tiene alternativa política con la que abordar el desgaste del modelo vigente más allá del mero autonomismo".

El ex portavoz de Batasuna asegura que, "a la crisis política sobre el modelo territorial larvada durante años en el Estado español" que se comprueba en "la situación permanente de conflicto con Euskal Herria y la crisis abierta con motivo de la sentencia sobre el Estatut catalán", se suma en los últimos tiempos "una crisis económica de enormes dimensiones y una instrumentalización de los poderes del Estado en la lucha política partidaria, tal y como lo demuestra la utilización de la Justicia".

A su juicio, ante estas "coordenadas generales", la izquierda abertzale ha conseguido "adaptar su estrategia para condicionar el bloqueo político del unionismo y colocar al soberanismo-independentismo como opción táctico-estratégica de futuro".

"Por eso, hemos decidido entrar con una oferta clara en términos estratégicos, de acumulación de fuerzas a favor del Estado vasco, sin que ello nos haga olvidar que el objetivo de la actual fase política es construir el campo de juego democrático donde todas las sensibilidades y familias políticas del país puedan desarrollar plenamente su respectiva opción, con el único límite de la voluntad popular. Una oferta sustentada en el desarrollo de vías e instrumentos democráticos", remarca. PRESIÓN

Otegi también descarta que esta apuesta de la izquierda abertzale sea consecuencia de "la presión de la estrategia represiva", aunque esta haya provocado "enorme sufrimiento y dificultades al movimiento independentista".

Asimismo, dicha "apuesta de cambio de ciclo" tampoco surge es una consecuencia, "como punto de partida, de lo que se haya conseguido arrancar previamente al Gobierno español de turno".

"Para abrir este proceso, en sus primeros compases, nos dirigimos a nuestro pueblo y a la comunidad internacional. A ellos debemos responder adecuadamente, poniendo todo lo que esté en nuestra mano para crear las condiciones óptimas para consolidar este nuevo tiempo", declara.

Según indica, su apuesta es por un camino hacia la independencia de Euskal Herria "por vías exclusivamente políticas y democráticas", mientras que otros "imponen su proyecto político mediante la conculcación de derechos -entre ellos, el derecho a decidir- y la violencia represiva".

"La apertura unilateral de un proceso democrático como llave para avanzar en el cambio político abre nuevos registros y posibilidades para la modificación favorable de la correlación de fuerzas, tanto sobre objetivos tácticos -solución del conflicto y nuevos marcos jurídicos- como estratégicos -dimensionamiento del independentismo-. No se trata de una consideración meramente teórica", explica.

En este sentido, señala que los "compromisos que se van y se irán definiendo en el futuro, como el acuerdo estratégico entre EA y la izquierda abertzale, la expansión de expresiones sociales independentistas, la profundización de la unidad de acción sindical abertzale o el impulso de instrumentos contra la vulneración de derechos civiles y políticos son reflejo de esa apuesta política".

Otegi también dice que tras la Transición en la que "el modelo autonómico pivotó sobre la centralidad del regionalismo del PNV", en la "nueva fase política", que define como una "'segunda Transición' de base democrática, el independentismo tiene vocación de constituirse en uno de los ejes principales que determine, desde un acuerdo democrático de resolución al conflicto, la evolución progresiva de los marcos jurídico-políticos actuales".

"Este proceso democrático tendrá diferentes etapas y estaciones, y su desarrollo deberá lograrse e implementarse gracias a acuerdos de carácter bilateral y multilateral, entre los agentes vascos, con la comunidad internacional y con los estados con los que mantenemos este secular conflicto", añade.

En cuanto a la actuación inmediata, insiste en que, "en estos momentos, el primer objetivo" consiste en lograr "los mínimos democráticos suficientes que garanticen la participación política de todos" y "amortiguar las graves situaciones de conculcación de derechos que se padecen en Euskal Herria, para poder avanzar así en un proceso de resolución justo y definitivo".