El acusado de vender droga en un bar niega ser el dueño ni haber tirado las papelinas por el inodoro

El hombre acusado de vender droga en un bar de su propiedad ubicado en Gijón ha negado hoy que se dedicara a la venta de sustancias estupefacientes y que intentará tirar por el inodoro algunas 'papelinas' para evitar que la Policía la encontrara. Es más, ha rechazado ser el dueño del local y ha apuntado que era de su hijo y el socio de éste. Sobre la droga incautada, ha indicado que era para consumo propio, ya que era toxicómano, confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El hombre acusado de vender droga en un bar de su propiedad ubicado en Gijón ha negado hoy que se dedicara a la venta de sustancias estupefacientes y que intentará tirar por el inodoro algunas 'papelinas' para evitar que la Policía la encontrara. Es más, ha rechazado ser el dueño del local y ha apuntado que era de su hijo y el socio de éste. Sobre la droga incautada, ha indicado que era para consumo propio, ya que era toxicómano, confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Así lo ha apuntado durante el juicio celebrado hoy en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón, en el que su abogado, José Manuel Fernández González, ha pedido la libre absolución de su cliente. En la vista oral los testigos han confirmado que la cisterna estaba estropeada, por lo que era difícil que hubiera hecho desaparecer por el inodoro la droga, además de que las 'papelinas' estaban en bolsas de plástico, los que las harían flotar.

También los agentes que testificaron han confirmado que el acusado intentó escapar y que lo tuvieron que reducir, aunque no les agredió. Tampoco han podido corroborar si lo que dicen que arrojó al inodoro era droga, cuánta cantidad o de qué calidad.

Frente a la libre absolución solicitada por la defensa, la Fiscalía ha mantenido su petición pide diez años de prisión y el pago de dos multas de 100 euros, confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas. También ha solicitado la prohibición de realizar en el futuro actividades, operaciones mercantiles o negocios de hostelería por un período de 5 años, el mismo tiempo que se pide de clausura del establecimiento por el delito contra la salud pública.

A estas penas el Ministerio Público suma dos años y medio de cárcel por un delito de atentado y el pago de una multa de 1.200 euros -2 meses a razón de 20 euros diarios— por una falta de apropiación indebida. También interesa el comiso del metálico y la destrucción de la droga incautada.

El imputado fue ya condenado anteriormente por sentencias del 29 de septiembre de 1996, 16 de agosto de 2003 y 20 de abril de 2006, por los delitos de atentado y resistencia a penas de 6 meses de prisión menor, 8 meses y 1 día de prisión y 6 meses de prisión, respectivamente. Por este motivo, el fiscal aplica la agravante de reincidencia.

De acuerdo al relato del Ministerio Público, el imputado, A.E.A., se dedicaba a la venta de cocaína a los clientes del bar que regentaba. Asimismo, el 1 de octubre de 2008, el acusado, al ver entrar en el establecimiento a la Policía, se dirigió inmediatamente al baño para intentar deshacerse de la droga intentando tirar varias papelinas al inodoro, aunque no lo logró al ser seguido por uno de los agentes, que forcejeó con el procesado.

El policía recuperó dos "papelinas" que el imputado llevaba en el bolsillo, que contenían 0,68 gramos de cocaína con una riqueza base del 36,3 por ciento, valoradas en 42,05 euros. También se le ocuparon 389,60 euros en metálico.

Durante el registro del bar, se intervino: un hacha, un cuchillo tipo árabe con 17 centímetros de hoja, una catana de 49 centímetros de hoja y una pistola detonadora, así como un tarjetero de color negro con documentación de una mujer a la que le había sido sustraído de su bolso, al descuido, en el bar el día 14 de agosto de 2008.

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