Los trabajadores de los establecimientos comerciales Mary y Mas de Talavera de la Reina (Toledo) no aceptan las condiciones que ha presentado la empresa Arnanz S.A para presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y cerrar los dos establecimientos que tiene en la ciudad.

En rueda de prensa, el presidente del Comité de Empresa José Martín ha asegurado, después de conocer los términos de ese ERE que "la empresa tiene patrimonio y capital suficiente para poder mantenerse y por eso nosotros vemos posibilidades para que los dos negocios continúen".

Así ha recordado que recientemente la empresa presentó un plan que recogía prejubilaciones, reducción de secciones en las tiendas, concentrar la actividad, e incluso llevar a cabo en su caso ERES parciales.

Según el representante sindical "la empresa se enroca y se niega a mantener abierto los negocios, sin que se hagan pedidos de temporada, liquidando existencias a precios irrisorios y haciendo rebajas sin fundamento a pesar de la oposición de al menos una persona de la familia".

A juicio del presidente del Comité de empresa las pérdidas que aducen tener desde el año 2007, "pueden ser mínimas, por eso no existen indicios suficientes para cerrar". En ese sentido, los trabajadores entienden que los planteamientos de Arnanz entran dentro de los despidos improcedentes, con lo cual, solicitan una serie de contraprestaciones económicas equivalentes a esos despidos por valor de 3 millones de euros en conjunto, frente a los 1,5 millones que ofrece la empresa.

De igual forma José Martín ha indicado que después de haber analizado los datos económicos presentados por Arnanz, falta la documentación correspondiente al primer semestre de 2010, donde se presuponen importantes plusvalías fundamentalmente en la venta del edificio de Mary y de mercaderías.

Según los representantes de los trabajadores, por el estudio que ha realizado el bufete de abogados que les representa se deduce que "no hay causa objetiva para el cierre, toda vez que la situación económica se puede cifrar en un pasivo depurado de 700.000 euros, haciendo la empresa una valoración irreal de su capital, debido a que la venta del inmueble a la empresa patrimonial Gesproteco, supuso un total de 2.800.000 euros, estando valorado en 600.000".