"¿Cómo? ¿Que han cambiado todas las papeleras? Pues ni me había dado cuenta". Ésta es la reacción más habitual de los madrileños cuando se les pregunta por las nuevas papeleras que acaba de instalar el Ayuntamiento de Madrid. A continuación, cuando se acercan a una de ellas y la inspeccionan de arriba abajo, la mayoría exclaman extrañados: "Pero si son iguales, ¿no?".

En realidad, no son iguales, pero sí muy parecidas. La novedad del nuevo mobiliario es que incorpora un cenicero para colillas, una inscripción en braille para ciegos y, en algunos cubos, bolsas biodegradables para las cacas de los perros. Hasta ahí los cambios.

La sustitución de las antiguas papeleras por estas nuevas entra dentro de un contrato firmado en 2009 que ha costado 72 millones de euros al Ayuntamiento, según fuentes del área municipal de Medio Ambiente. El acuerdo contempla la instalación de 63.504 recipientes (antes había 53.795) en dos fases: el pasado 22 de junio se terminó de colocar el grueso de las papeleras y a partir del 1 de enero de 2011 se pondrán las 2.546 restantes.

Cada una de ellas sale por 1.133,78 euros. En este precio, además de la instalación y el suministro, se incluye el mantenimiento y la conservación de los recipientes durante los diez años que estará vigente el contrato (hasta 2019). Entre los cuidados previstos está el lavado de los cubos cada 15 días, según el Consistorio.

Los vecinos de la capital creen que el gasto en las nuevas papeleras es "excesivo". Para la oposición socialista, se trata de "uno de los contratos más escandalosos que se han firmado en Madrid en los últimos años, un verdadero despilfarro", apunta el portavoz de Medio Ambiente en el PSOE, Pedro Santín. "Cuesta casi el doble que el anterior, pero las papeleras son prácticamente iguales", añade el edil. El propio Gallardón reconoció que "es muchísimo dinero", aunque matizó que "muchas veces los ciudadanos no conocemos lo que cuestan los servicios que tenemos".

"Hacen falta papeleras"

El área de Medio Ambiente alega que no había más remedio que firmar el nuevo contrato: "En 2009 acababa el anterior, era imposible prorrogarlo y tuvimos que hacer un nuevo pliego de condiciones", explican. Además, esta vez se gastan más dinero "porque había que atender la demanda de más papeleras en los nuevos desarrollos". Lo que no explican desde el Ayuntamiento es la razón para cambiar todas las papeleras, incluso las que estaban en buenas condiciones.

Las queman los vándalos

Los vándalos tienen especial fijación con las papeleras: el Ayuntamiento prevé que el 22% de los recipientes sufrirán actos vandálicos, como pintadas o quemaduras. En teoría, las nuevas papeleras son "inteligentes y polivalentes" (como las llamó el Consistorio), llevan un chip para avisar de los ataques y están hechas con material ignífugo y antipintadas. Pero el PSOE duda de esas ventajas: "Todavía no se han demostrado las utilidades únicas de las papeleras galácticas".

Isabel Sancho, 53 años: "Es una barbaridad, hay cosas más necesarias"

Esta vecina cree que "gastar todo ese dinero es una pasada. El cambio ni se nota y el cenicero no se usará, la gente seguirá tirando las colillas al suelo".

Laura Díaz, 31 años: "Tendrían que haber cambiado sólo las rotas"

"¿Con la crisis que hay y se gastan el dinero en estas tonterías?", se queja Laura. "Podían haber esperado a otro momento, con las que había se podía pasar".

Olaida Atiés, 45 años: "Yo sí uso el cenicero, soy de las pocas que lo hace"

"Lo único bueno de las papeleras es el cenicero, yo lo uso porque tirar la colilla al suelo es una guarrería", dice esta vecina. "Aun así, yo no pagaría ni 50 euros por una papelera de ésas".