Los vecinos de Guillem de Anglesola y adyacentes ya no pueden más. Llevan más de siete años padeciendo suciedad, malos olores y trapicheo de droga en su barrio.
La causa de esta situación es el retraso de más de 20 años en la ejecución de un plan urbanístico que prevé la demolición de un grupo de casas abandonadas de una altura para la conexión de esta vía desde los jardines de Ayora hasta la avenida del Puerto a través de un bulevar. Según denuncian los vecinos, «las casas han sido okupadas por personas que hacen sus necesidades en la calle, donde también dejan todo tipo de enseres. También hay trapicheo de droga».
El pasado mes de febrero, la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia aprobó el plan de reparcelación de Guillem de Anglesola, último paso administrativo necesario para el inicio de las obras que debe ejecutar la firma Proara.
Sin embargo, para desesperación de los residentes, los derribos seguirán demorándose. Fuentes de Urbanismo informaron ayer que «la empresa encargada de los trabajos ha recurrido la reparcelación al entender que no es necesario que su aprobación y la de los pagos del suelo se haga al mismo tiempo. Ahora tenemos que contestarles y abrir un plazo de alegaciones. Aún así, dentro de los plazos legales, trataremos de agilizar al máximo los trámites».
Los vecinos exigieron que, al menos, «obliguen a la empresa a ejecutar los derribos por anticipado para eliminar este foco de miseria que da una imagen tercermundista a Valencia».
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