Papeles infames para olvidar

  • ¿Por qué grandes actores se decidieron por papeles ridículos?
  • ¿Compensan las críticas que reciben con el dinero que ganan?
  • Estos son los casos que muchos quisieran borrar de su biografía.
Kenneth Branagh en 'Far, Far West'.
Kenneth Branagh en 'Far, Far West'.
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Kenneth Branagh en 'Far, Far West'.

Sí, es posible sentir vergüenza ajena en la butaca de un cine, y mucha. En los últimos meses, la gran pantalla ha dado lugar a una de las situaciones más bochornosas de la historia del celuloide: ver reunidos a los grandes talentos de La lista de Schindler, Ralph Fiennes y Liam Neeson, disfrazados (que no caracterizados) de Hades y Zeus en el remake de Furia de titanes, y al tercero, Ben Kingsley, como villano de Prince of Persia: Las arenas del tiempo.

En el caso del ganador de un Oscar por Ghandi, no se trata precisamente de su peor interpretación: ya fue nominado a los Razzies en 2009 con un papel aún más inmoral en El gurú del buen rollo. En lo que respecta a Liam Neeson, no parece que vaya a hacer propósito de enmienda con su próxima actuación como Hannibal Smith en El Equipo A.

Con el objetivo de atraer audiencia y de dar credibilidad a una película infumable, muchos intérpretes de prestigio son contratados para papeles ignominiosos, auténticos tachones en una filmografía brillante. ¿Por qué Jeremy Irons, con interpretaciones magistrales como La misión, aceptó un proyecto como Dragones y mazmorras? ¿Qué le hizo repetir después como morlock en la versión de 2002 de La Máquina del tiempo? ¿Qué sentirá Kenneth Branagh, después de haber encarnado a Hamlet y Enrique V, verse en la piel del estrafalario rufián Dr. Arliss Lovelessde Wild Wild West?

De prestigio no se trata (más bien de lo contrario), así que la respuesta queda en boca de Quevedo, quien ya en el Siglo de Oro sentenciaba verdades intemporales con aquel "Poderoso Caballero..." A otros les gustaría pensar que el engaño, la ignorancia o la desinformación actuó de por medio...

Sí puede afirmarse, en cambio, que fue cuestión de fervor espiritual el caso de John Travolta y su transformación en malvado alienígena en Campo de batalla: la tierra. Basada en una novela del fundador de la Cienciología (como buen cienciólogo, John Travolta produjo la adaptación, además de protagonizarla), fue declarada en los premios Razzies del año 2010 la peor película de la década. Destrozada por la crítica, también resultó un gran fracaso de taquilla.

Tampoco se cubren de gloria algunas elecciones ‘estelares’ de Gary Oldman. El inquietante conde Drácula de Coppola y el magistral Lee Harvey Oswald de JFK encarnó a un bellaco de poca monta, Jean-Baptiste Emanuel Zorgun, en una sin embargo más que digna fantasía espacial de Luc Besson, El quinto elemento. Tampoco quedará para el recuerdo su personaje de Spider Smith, el despreciable rival de la familia Robinson en Perdidos en el espacio, protagonizada, por cierto, por otro gran actor, William Hurt, ganador de un Oscar por la cruda cinta El beso de la mujer araña.

Héroes y villanos

Películas de videojuegos y adaptaciones de cómics suelen ser un caldo de cultivo perfecto para ver reclutados a dignos actores en roles catastróficos: Sharon Stone como malvada ejecutiva obsesionada por la cosmética en Catwoman; Bob Hoskins como Mario y Dennis Hopper como su rival, el rey Koopa, en Super Mario Bros (éste último también ejerció de villano en otra película para el olvido, Waterworld); Ben Affleck como el atlético Dare Devil; y Christian Slater como Edward Carnby en Alone in the Dark.

Esta última lleva el inconfundible sello del alemán Uwe Boll, autor también de otra cinta basada en un videojuego, En el nombre de rey. En esta ocasión logró fichar a Burt Reynolds y Ray Liotta. Por esta cinta, Boll, habitual de los Razzies, logró en estos premios una hazaña histórica: en 2009 ganó el Razzie al peor director por tres películas diferentes: la anteriormente mencionada En el nombre del rey, Tunnel Rats y Postal.

Un hito que le sitúa muy cerca ya del peor director de la historia, Ed Wood, y su Plan 9 del espacio exterior, considerada tradicionalmente como la peor película de todos los tiempos y protagonizada por un Bela Lugosi en plena decadencia.

Algo casi tan lamentable fue el caso de Raúl Juliá, ganador de un Globo de Oro por The Burning Season y nominado a otros tres. Con títulos como Romero y Habana en su currículo, su última película antes de morir fue Street Fighter, encarnando al malvado Bison y con compañeros de reparto como Jean-Claude Van Damme y Kylie Minogue.

Nunca debieron haber existido

Como un suicidio en masa, repartos estelares cayeron al abismo con cintas que jamás debieron ver la luz. Tommy Lee Jones, Uma Thurman, Nicole Kidman y George Clooney tuvieron en la saga de Batman los peores papeles de sus carreras.

Lo mismo podría decirse de Steve Martin, Jean Reno, Andy García y Alfred Molina en La pantera rosa 2. La presencia de Anthony Hopkins, Angelina Jolie y Colin Farrell tampoco salvó a Alejandro Magno del escarnio. Dignas del cadalso son Los inmortales 2, Superman IV: En busca de la paz y Druidas con Sean Connery, Gene Hackman y Max von Sydow en sus filas.

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