Ballet clásico con una dosis de amor

La compañía de María Giménez representa ‘Giselle’, danza clásica en los valles del Rin con el amor como protagonista
Bailarinas de María Giménez, en una representación de Giselle.
Bailarinas de María Giménez, en una representación de Giselle.
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Bailarinas de María Giménez, en una representación de Giselle.
Pocas compañías son capaces de mantener hoy la esencia expresiva del ballet romántico. La compañía de María Giménez consigue plasmar esta esencia en Giselle, una historia en la que el amor es el protagonista indiscutible.

El poder de la pasión amorosa mueve el espectáculo coral de esta obra, que combina delicadeza, dificultad técnica y apelación al sentimiento. «Giselle hace recapacitar. Consigue que el espectador olvide lo externo para recuperar, aunque sólo sea por dos horas, la belleza y la armonía de lo que es el amor», explica la directora de representación, María Giménez.

El ballet recoge todos los elementos de la época del Romanticismo y los lleva hasta la danza, convirtiéndola en la representación de una sociedad que ansiaba la belleza y la armonía en medio de la oscuridad de aquella época.

La obra transcurre en los valles cercanos al Rin, donde Giselle, la protagonista de la representación, es cortejada por el apuesto Loys, que se hace pasar por un aldeano más de la zona que ha venido a la vendimia. Lo que no sabe Giselle es que ese aldeano es, en realidad, Albrecht, duque de Giselle.

Obra exitosa

La obra, que es una de las que más éxito ha dado a la compañía de María Giménez, cuenta con una bailarina principal –que es la propia directora, ganadora del Premio Nacional de Danza–, seis solistas y más de una veintena de artistas en el cuerpo de baile.

La obra supedita el virtuosismo a la esencia expresiva del relato.

Se podrá ver desde hoy hasta el viernes. * T. Principal. 21.00 horas, 5 a 30 euros, www.cai.es y cajeros.

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