Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras advirtieron hoy de que a partir de ahora van a tener "presencia constante" en las calles y de que están dispuestos a ir "casa por casa" para convencer a los ciudadanos de que se sumen a las protestas contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno central y otras medidas que supongan recortes en los derechos de los trabajadores.

Ambas formaciones sindicales convocaron hoy una protesta por las calles de Santander, bajo el lema 'Así no', a la que asistieron más de 1.500 personas.

Es la primera de una serie de protestas antes de la huelga general prevista para septiembre. Entre las próximas convocatorias se encuentran asambleas en los centros de trabajo y el próximo 20 de julio se prevé una asamblea conjunta de delegados de UGT y CC.OO, en la que se espera contar con la asistencia en Cantabria de sus máximos representes, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente.

El secretario general de Comisiones Obreras, Vicente Arce, criticó el cambio "radical" en el discurso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre los recortes a los derechos de los trabajadores.

Arce criticó que los efectos de las medidas "los pagan los trabajadores en una política que se tema que vaya a "ir a más", mientras que desde UGT, María Jesús Cedrún añadió que a la reforma laboral hay que añadir otros inminentes focos de conflicto como el pacto por las pensiones, los presupuestos generales del Estado o los recortes en las prestaciones, como la de los 420 euros.

La secretaria general de UGT instó a "vencer la resignación de la gente" y a "superar la desconfianza que interesadamente se está generando sobre los sindicatos". "No hay que resignarse porque la culpa no es suya", aseveró.

En su opinión, pese a que las medidas del Gobierno centran aparentar estar "deslabazadas", en realidad obedecen a una estrategia que tiene el fin de que los ciudadanos "no perciban las consecuencias" hasta que comiencen a sufrirlas.

Ambos criticaron que la reforma laboral, pendiente de un trámite parlamentario en el que muestran poca confianza, "fulmina" cuestiones como la negociación colectiva y consigue abaratar el despido.

La marcha discurrió entre la calle Burgos y la Plaza de Correos, frente a la Delegación de Gobierno en Cantabria. Sus participantes coreaban lemas como "por una reforma justa, caña, caña, caña" y cantaban "hacia falta ya una huelga general".

En las pancartas se podían leer advertencias como "si no nos quieren escuchar, nos van a oír" y en la principal, la que portaban los líderes sindicales, "Así no, no se crea empleo, despido más fácil y baratos, recortes salariales y sociales".