ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru aseguraron que la huelga general celebrada hoy contra la reforma laboral "no es un punto y final", sino el inicio de una lucha sindical dirigida a evitar la aplicación de las medidas planteadas en cada ámbito, que no será "tranquila". Los sindicatos nacionalistas advirtieron de que la reforma laboral "no va a crear ni un empleo más" y auguraron que acabará "peor" tras su tramitación parlamentaria.

Los seis sindicatos, que han convocado a lo largo de la jornada de hoy diversas movilizaciones, realizaron su manifestación principal, encabezada por los secretarios generales de las centrales, por las calles de Bilbao bajo el lema 'Basta de imposiciones. Gure eskubideak defenda ditzagun (defendamos nuestros derechos)'.

La marcha, que reunió a miles de trabajadores, partió pasadas las once de la mañana de la Plaza Elíptica, entre aplausos y eslóganes como 'Huelga General', 'Contra la reforma, lucha' o 'No falta dinero, sobran ladrones'. Los manifestantes se dirigieron por la Gran Vía, con buena parte de sus comercios cerrados y presencia de patrullas de la Ertzaintza y la Policía Local, hasta las inmediaciones del Ayuntamiento, donde intervinieron los dirigentes sindicales.

Tanto el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, como la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, destacaron, en sus intervenciones, que esta huelga general contra la reforma laboral no es un "punto y final". En este sentido, Muñoz consideró que "da oxígeno" a otras "luchas" en empresas y sectores, y subrayó que su éxito es necesario medirlo en el trabajo sindical para impedir la aplicación de las medidas planteadas en cada ámbito concreto.

"No va a haber una aplicación tranquila de esta reforma laboral. A peor legislación, responderemos con mayor negociación colectiva, a menos derechos con más conflicto laboral", aseguró Etxaide, que manifestó que no permitirán la aplicación de la reforma laboral porque "no termina aquí nuestro rechazo a la reforma, sino que empieza una lucha sindical" contra su aplicación.

El secretario general de ELA denunció que "gobiernos, capital, grandes empresas se han puesto de acuerdo en que pueden ir a por todas, porque han visto una gran oportunidad" con la "hegemonia de políticas de derechas", "gobiernos entregados al capital" y "partidos que sólo compiten por ver quién defiende mejor los intereses del capital". "Manda la banca", lamentó Muñoz, que censuró que el "papel de marionetas" de los ejecutivos y se pretende aprovechar el "shock" de los trabajadores que "no han parado por miedo".

Además, denunció que "todos los ajustes en cartera suponen recesión" y, por tanto, desempleo. En este sentido, aseguró que "ninguna de sus medidas, y sumándolas todas peor, supone que los políticos estén haciendo políticas para favorecer el empleo, ni en su cantidad ni en su calidad".

Muñoz, que advirtió de que con la actual presión fiscal y "los premios fiscales a las rentas de capital y beneficios empresariales" es "imposible" construir una sociedad "solidaria", insistió en que, "en el Parlamento español se ha abierto un proceso sumarísimo contra los derechos laborales" y aseguró que la reforma laboral se ha planteado sobre "tres grandes mentiras".

En este sentido, manifestó que "no se va a crear ni un empleo más" gracias a esta reforma y rechazó que en España fuera "caro" el despido, teniendo en cuenta que es el Estado que en el que se ha destruido más empleo en los últimos dos años. Del mismo modo, criticó el uso de la temporalidad "en fraude" y "consentido por la administración".

El líder de ELA censuró la postura de los distintos partidos porque, según indicó, "tanto monta el sí como la abstención" a la tramitación de la reforma laboral, "sabiendo que en lo que queda de trámite se va a empeorar aún más". Muñoz señaló que, tanto en Euskadi y Navarra, "la foto" de PSOE, PP, UPN, PNV, CiU "no sorprende" porque "es la misma" que la que se da en las haciendas forales y en los acuerdos presupuestarios.

Acabará "peor"

La dirigente de LAB denunció que esta reforma, que "va a acabar bastante peor que lo que está ahora", va a "destruir empleo" ya que, "cuando nos obligan a trabajar más, por menos dinero, con jornadas flexibles y en peores condiciones, no se genera empleo, sino que lo que se consigue que menos trabajadores puedan salir adelante una empresa más rentable". "No se generará empleo sustituyendo trabajo digno con derechos adquiridos, por trabajo eventual más precario", insistió.

Además, advirtió de que los recortes planteados en los servicios sociales supone hacer "pagar la crisis a los más débiles" y además obliga a la mujer a "asumir todo lo que va a dejar de ofrecer". En esta línea, destacó que se apueste por "el crecimiento económico sin gasto público", insistiendo en que la política desarrollada "es la ruina económica para un país". Del mismo modo, cuestionó "dónde están" las instituciones vascas ante esta situación.

"pantomima de diálogo social"

Muñoz también resaltó que se ha puesto en evidencia "la pantomima" del diálogo social. Tras defender la necesidad de "no dar ninguna cobertura al poder político en esta fase de ajustes", apuntó que CC.OO. y UGT "no pueden aceptar eso" y cuestionó "qué credibilidad tiene hacer una huelga general haciendo exactamente lo mismo que se hacía antes de convocarla".

"Los que han convocado aquí con nosotros en el mismo día, en la única huelga general que se va a celebrar en Hego Euskal Herria, han dicho 'pase lo que pase, dure lo que dure, sean lo duros que sean los ajustes que se piensan hacer no va a pasar nada con el diálogo social con López'", destacó.

El secretario general de ELA defendió la necesidad de "una alianza sindical fuerte" e "integral", y destacó que la huelga general "sirve y mucho" porque se "solicializan problemas y alternativas" y se "dificulta que tomen decisiones".

Aumentar presión

Tanto Muñoz como Etxaide destacaron el trabajo realizado en la convocatoria de una huelga "en tiempo récord" y que, en palabras de la dirigente de LAB, ha conseguido que "la mayoría de los pueblos estén parados" y "los trabajadores en la calle".

Asimismo, planteó que la "agenda" de los sindicatos convocantes se basa en "la movilización" para "cambiar las políticas", haciendo cada vez mayor "la presión" para que los dirigentes políticos "se vean obligados a cambiar sus decisiones". "Esa vía es lo que va a traer como consecuencia que las políticas se van a terminar cambiando en Euskal Herria porque tenemos la clave: que la gran mayoría lo estamos demandando y tenemos capacidad para cambiar este país", concluyó.