La primera vez que la vimos fue durante la República, cuando aún era una niña. Con los años, Manolita (Itziar Miranda) se ha hecho querer por la audiencia. Aprovechando un parón en Amar en tiempos revueltos, la actriz está en el Grec de Barcelona con La lección.

¿Cómo consigue compatibilizar Amar en... con el teatro?
Con esfuerzo y pocas horas de sueño (risas). Lo bueno de la serie es que se acaba de grabar a las 18.00 h. El teatro enriquece y oxigena. Tener al público tan cerca da un subidón gratificante.

Usted ha dicho que Manolita es un homenaje a su abuela.

Las dos tienen el mismo carácter y vivieron en la misma época. Gracias a mi abuela conseguí muchas referencias para prepararme el papel.

¿Qué le dice la gente la cuando la para por la calle?

Todo el mundo me saluda, es como vivir en un pueblo donde la gente te conoce. Desde que soy Manolita me ha salido una gran familia.

¿Diría que la serie es blanca o se mete en aspectos políticos?

Amar en... está por encima de las ideologías: muestra lo que pasó sin más. Y a la gente de la calle, al margen de los partidos políticos, le gusta porque se identifican.

¿Ése es el secreto de su éxito?

Sí, tenemos un público muy fijo y la serie forma parte de la cotidianidad de los españoles. La audiencia que vivió esa época la ve con nostalgia y el resto con ganas de saber qué pasó. En el fondo, los actores de la serie hacemos un homenaje a nuestros padres y abuelos.

¿Cómo habría sido Itziar Miranda en aquella época? ¿Rebelde como Manolita?

Yo ya soy muy echada para delante en esta época (risas). Al igual que Manolita saco siempre lo positivo: pase lo que pase salgo adelante. Fueron tiempo difíciles y hay que vivirlos para saber lo que harías.

Ser tan positiva le vendría bien en sus inicios como actriz. Fueron complicados, ¿no?

No lo recuerdo como algo difícil aunque ahora mismo no me imagino mi vida sin calefacción (risas). Con 17 años no lo piensas, son más importantes las ganas que tienes de dedicarte a lo que te gusta. He trabajado mucho pero me considero afortunada.

Y cuando no trabaja, cocina...

Me encanta. Hago cremas, ensaladas, pescados al horno... y, mientras, repaso los guiones.

¿Sabe que por Internet se puede contratar a su doble?

¡Qué fuerte! No tenía ni idea, pero me gustaría saber qué ofrece. No sé si va a recitar a Miguel Hernández o a contar chistes...