La viceconsejera de Medio Ambiente emplaza a los empresarios a la implantación de las Buenas Prácticas Climáticas

La viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, apeló hoy a la incorporación de la política climática en las soluciones a la crisis, así como a la participación de los empresarios a la implantación de Buenas Prácticas Climáticas. "El compromiso con el clima no puede dejarse para después de la crisis. El cambio climático es parte de la crisis, y por tanto con la mitigación y la adaptación al mismo han de venir parte de sus soluciones", argumentó.

Según informó el Principado, así lo explicó Fernández hoy, con motivo de su participación en la inauguración de la Jornada 'Cambio Climático. Obligaciones Empresariales' organizada por la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y que están orientadas a informar al sector empresarial asturiano del cual va a ser su papel ante el nuevo marco normativo después de Kioto, a partir del 1 de enero de 2013.

Fernández destacó durante su intervención que "el cambio climático constituye probablemente la mayor amenaza global de nuestros días no ya sólo para el progreso económico, sino incluso para la seguridad de nuestros territorios y de las personas".

Apuntó además que el marco normativo que va a regir a partir de 1 de enero de 2013 nos enfrenta a un panorama extraordinariamente dinámico, con diversidad de planos de negociación y de fuentes normativas, lo que dificulta la llegada de información rigurosa y útil a muchas empresas. En este sentido, destacó su voluntad desde la Administración del Principado de cooperar con las empresas para allanarles el camino de identificar impactos, obligaciones y también las oportunidades derivadas del cambio climático para las empresas asturianas.

Asimismo, estimó que los compromisos 2013-2020 que establece el paquete de energía y clima aprobado por la Unión Europea para las empresas asturianas sujetas obligatoriamente al comercio de derechos de emisión (reducción de un 21% respecto de 2005) pueden considerarse asumibles en términos de esfuerzo, básicamente por dos razones: porque el 2005 fue el más intensivo en emisiones de los últimos 5 años y porque, excepto en el caso del sector eléctrico, para el resto de las instalaciones se cuenta disponer de asignaciones gratuitas de derechos para el 100% de las emisiones. En cuanto a las eléctricas, sin asignación gratuita, destacó su mayor capacidad de absorción de tecnologías limpias, el menor riesgo de competitividad que para las mismas entrañaba la compra de derechos, y su trabajo temprano para adaptarse al nuevo escenario.

A partir del 1 de enero de 2013 se calcula que serán 24 las instalaciones de empresas asturianas que obligatoriamente estarán sometidas a comercio de derechos de emisión, en los sectores de la generación eléctrica, siderurgia, cemento, cal, vidrio, pasta de papel, cogeneración y combustión. Como novedades respecto del régimen vigente, resaltó la posible salida de las instalaciones de producción cerámica (6 en Asturias) que por sus bajas emisiones dejarían de estar obligadas; y la entrada de Asturiana de Zinc, Alcoa Inespal y Fertiberia.

Belén Fernández subrayó la importancia para el sector de generación eléctrica las nuevas regulaciones que se estaban produciendo en materia de almacenamiento. "Aspecto tan importante en una región como Asturias que junto con una clara apuesta por las energías renovables, también aspira a que las tecnologías de captura y el almacenamiento permitan la continuidad del carbón como recurso estratégico generando energía en condiciones limpias", dijo.

"El debate en torno a las futuras regulaciones del cambio climático no está exento de elementos de incertidumbres, ante las que hay que hay que estar muy atentos", explicó la responsable de Medio Ambiente. En ese sentido, mencionó la Comunicación de la Comisión Europea del pasado mes de mayo, que ha abierto el debate acerca de la elevación de los porcentajes de reducción del 20 al 30% para el 2020 con independencia de la posición de otros países desarrollados o emergentes (el acuerdo hasta la fecha en la UE sobre los que se están definiendo los escenarios de reducción llegaba al 20 y abría la posibilidad de llegar al 30% solo si el resto de países desarrollados asumían compromisos comparables y los emergentes compromisos adecuados a sus capacidades).

La Viceconsejera añadió que la Comisión Europea explicaba su propuesta en la situación de crisis y la situación generada por la misma, caracterizada por la caída de las emisiones en Europa y su impacto a la baja en los precios del carbono.

Concluyó afirmando que los gobiernos tienen la responsabilidad de diseñar marcos congruentes, de dar señales claras a las economías y a los mercados.

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