La Audiencia estima que los hechos pudieran ser constitutivos de un delito contra la integridad moral y de una falta de lesiones. En el auto, los magistrados acuerdan que se tome declaración de los agentes intervinientes y se practiquen aquellas pruebas que se consideren pertinentes en la instrucción de la causa.

El joven detenido había recurrido un auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona en el que se decía que no existían indicios de que se hubiera cometido un ataque a la integridad moral del denunciante a la vista de los parte médicos.

Sin embargo, la Audiencia de Navarra señala que en el actual momento procesal y con la prueba practicada no se puede excluir la instrucción respecto a un delito contra la integridad moral y recuerda que el Tribunal Supremo establece en su doctrina que el hecho de que no haya gravedad en las lesiones no implica que no haya delito.

El tribunal considera que "en este caso nos encontramos ante funcionarios públicos en el ejercicio de su cargo y la actuación recogida en las grabaciones efectuadas, sin entrar a valorar otras pruebas, pudiera ser en principio calificada como un comportamiento atentatorio contra la integridad moral de la persona".

Así, explica que se observa en las grabaciones de los hechos que al detenido "le fue sujetada la cabeza contra la entrada del retén y contra la pared, recibió una torta, patadas, y fue levantado en el aire agarrado del cuello, recibiendo empujones con violencia que no parecen justificados".

El tribunal agrega que, "dado el lugar en el que se encontraban - entrada a dependencias policiales-, que no se observa una actitud violenta en el detenido, que el mismo se encuentra esposado y que son varios los agentes de policía presentes", pudiera existir "una conducta de contenido vejatorio con incidencia en la dignidad de la persona", por lo que resulta "pertinente continuar las investigaciones".