El acusado de traficar en el Polígono de San Cristóbal confiesa pero alega que lo hizo para sufragar su adicción

El vecino de Aldeamayor de San Martín (Valladolid) Rubén R.F, quien compartío hoy banquillo en la Audiencia Provincial junto con su esposa, Cristina C.E, por delito de tráfico de drogas, reconoció haber efectuado varias ventas en el Polígono de San Cristóbal en 2008 pero alegó que lo hizo con el único propósito de poder costear así su adicción a la cocaína, al tiempo que exculpó a su pareja, de la que aseguró que desconocía dicha actividad.

El procesado, en declaraciones recogidas por Europa Press, precisó que las ventas efectuadas en dicha área industrial no pasan de las cuatro o cinco y precisó que se vio obligado a ello debido a que los ingresos familiares no le llegaban para sufragarse el consumo. Por ello, empezó a vender la mercancía que le facilitaba una persona, si bien, como así advirtió, todos los ingresos por la venta se los entregaba a su suministrador, que a cambio le pagaba en especie, es decir, con 'coca'.

"Era él quien me facilitaba también los teléfonos de las personas con quien tenía que contactar para efectuar las ventas", declaró Rubén R.F, quien quiso dejar bien claro que su esposa era totalmente ajena a sus turbios negocios y negó que hubiera participado en transacción alguna, "¡para nada, jamás!", versión que fue corroborada por la aludida.

Pese a que el matrimonio reside en un chalé, con su piscina incluida y dotado de electrodomésticos de alta gama, además contar con un turismo BMW, y todo ello pese a no contar con más de 2.000 euros de ingresos mensuales, ambos acusados indicaron que habían financiado a plazos la totalidad de sus bienes y que parte de los pagos no los habían podido afrontar.

"transacción ostentosa".

Por su parte, un policía nacional que intervino como instructor del atestado aseguró haber presenciado una docena de transacciones de droga, entre el 18 de octubre y 14 de noviembre de 2008, en las que participó Rubén R.F. y precisó que en la primera de ellas estuvo también presente su propia esposa. "Fue una transacción tan ostentosa que Cristina, a la fuerza, tuvo que presenciarla", advirtió el funcionario, en alusión a que el cliente sacó dos billetes de 50 euros que blandió en el aire antes de entregárselos a Rubén.

En la vivienda de la pareja los efectivos policiales intervinieron 121 gramos de cocaína distribuidos en 131 papelinas preparadas para su venta, 18,35 gramos de hachís, 11,5 gramos de marihuana, dos balanzas portátiles de precisión, 1.330 euros en billetes de diferentes valores, dos pistolas (una con cargador sin balas y otra con dos proyectiles en el cargador, ambas del calibre 7,65), así como otros ocho cartuchos del mismo calibre, otra arma detonadora calibre nueve milímetros, una videocámara, dos teléfonos móviles y diversa documentación.

El juicio concluirá mañana viernes. Con carácter provisional, el Ministerio Fiscal solicita para Rubén una pena de dos años por tenencia ilícita de armas y otros cinco, junto con una multa de 16.000 euros, por delito de tráfico de drogas de las que causan grave daño a la salud, mientras que para su pareja la acusación pública pide tres años y medio y multa de 9.000 euros.

La defensa, por su parte, interesa la libre absolución de la esposa y para él una condena atenuada por su drogadicción y por haber colaborado con la policía.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento