En una entrevista concedida a Europa Press, Frías explicó que 'El verano de la nutria', editado por Algaida, supone "un cambio radical" en su carrera literaria, pues primera vez se atreve con una novela de aventuras que conlleva un ritmo acelerado, trepidante, un cambio de escenarios constantes y que exige un trabajo mayor de escritura, pero también una mayor satisfacción.

La obra, que narra el viaje de vacaciones de Clara, una traductora joven que acaba de romper con su pareja, comienza con el viaje para "romper con la rutina que provoca un poco de tedio y buscando un lugar lejano que suponga un cambio radical de vida".

En este sentido, precisó que en esta manera de vivir consumista en la que se tiene todo resuelto, el ocio es más complicado y el cambio radical lleva implícito "un riesgo en la posibilidad de aventura". Para escribir una novela la mejor situación de partida es "una que supere al personaje", dijo.

Frías, que visitó hoy Sevilla para promocionar su obra, confesó que la novela surgió de la idea de partida de una mujer en un isla desierta de espaldas a la realidad y frente a un mar tenebroso en la oscuridad. Tras situarla en la soledad de la isla, la autora se trasladó a una situación de tranquilidad y calma en el principio, para por último sacarla de la isla de forma azarosa.

La escritora continuó comentando que en un viaje donde "el azar, el riego y la aventura cobran protagonismo a la fuerza se experimenta en las personas que lo viven un proceso de adaptación a los cambios que cuando se prolongan en el tiempo conlleva un crecimiento de la persona y fortalecimiento". En este sentido, aseguró que esta transformación le hace pensar que Clara, como sucede en 'La Odisea', acaba "convertida en una heroína".

"mecanismo adormecido"

Con respecto a Clara, como reflejo de la sociedad, afirmó que cuando vivimos de una manera automática, "sin necesitar los instintos, capacidades y potenciales que disponemos", éstos salen a flote si fuera necesarios en situaciones de "necesidad". Añadió que cuando la situación a la que se enfrenta la persona es "sobrevivir, todos los reflejos y valentía que no sabemos que tenemos, salen con fuerza como si fuera un mecanismo adormecido por la buena vida".

En este sentido, precisó que en épocas de dificultades o de crisis como ésta, "el hombre por definición es capaz de sacar lo mejor de sí mismo, de la misma manera que ha contribuido a la situación actual".

Por otro lado, señaló que el protagonismo de la obra podría haber recaído en un hombre o una mujer, pues "la elección del personaje o de un tema conlleva un componente de azar que hace que llegue a buen puerto una idea concreta y no otras que se quedan en el camino con frecuencia".

'El verano de la nutria', título que recuerda al primer beso y amor de Clara, ofrece "esperanzas", pues es "una historia sombría por la capacidad del ser humano de hacer mal, pero con una lectura positiva al creer en la capacidad ilimitada del hombre para contrarrestar esa faceta violenta", afirmó.

Frías, vinculada con el mundo literario también como editora, apuntó que no aprovecha esta experiencia, sino más bien la de lectora, pues en esta novela se reflejan todas las lecturas de la adolescencia sobre la literatura de aventuras. Asimismo, reconoció la huella de Conrad y Defoe en la novela, especialmente en la confraternización con la naturaleza como "una oportunidad para un habitante de una urbe de hormigón".