David Trueba alaba la pericia de Manuel Vicent para "retratar cómo los grandes mitos se rebajan a grandes tópicos"

Destaca su "maestría" para convertir anécdotas en literatura con su particular "cámara fotográfica literaria"
Manuel Vicent y David Trueba en la UIMP
Manuel Vicent y David Trueba en la UIMP
EP/UIMP
Manuel Vicent y David Trueba en la UIMP

El escritor y director de Cine David Trueba ha alabado hoy la pericia del también escritor Manuel Vicent para "retratar cómo los grandes mitos se rebajan a grandes tópicos", así como su "maestría" a la hora de "reunir anécdotas y convertirlas en literatura", con su particular "cámara fotográfica literaria".

El autor valenciano "ha jugado a ser un fotógrafo que no sabe muy bien qué es lo que han captado sus ojos" y logra discernirlo "sólo cuando se encierra en la oscuridad de su laboratorio", opinó Trueba, en la tercera y última jornada de la IV Cita Internacional de la literatura en español 'Lecciones y Maestros', organizada por la Fundación Santillana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Para Trueba, el autor de 'Del Café Gijón a Ítaca' es "un escritor que hace de la oralidad, del anecdotario, de la palabra dicha, un arte", una suerte de "juego mágico" que consigue elevar la conversación "a la categoría de las Bellas Artes". "La genialidad de Manuel Vicent viene de que pasa por este mundo dejándolo bien contado", añadió.

El director de cine, que confesó su "admiración" por el autor valenciano, aseguró que se trata de alguien "con quien te puedes reír" y además es "buena gente", al tiempo que consideró que trazar un retrato de su trayectoria es una tarea "difícil", puesto que "ha trabajado en casi todos los aspectos posibles de la Literatura" y "practica un viaje constante entre una cosa y otra".

En un análisis plagado de anécdotas y de referencias a la infancia, Trueba consideró que el hecho de que Vicent viviera su infancia durante la guerra y posguerra ha configurado su afilado olfato para captar las contradicciones de lo que le rodea y "su manera de contar las cosas, siempre encontrando una lateralidad o un contraste de lo que ve", contrastando "mitos y la realidad más prosaica" con un "aire desmitificador".

Además, apuntó que el juego entre la memoria y la materia de las cosas y "el deseo y la muerte", dos variables que "tiran de un lado y de otro", son "los cuatro puntos cardinales entre los que se mueve la obra de Manuel Vicent".

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