«La vivienda y el paro juvenil son nuestro más serio problema»

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¿Qué parte de culpa tiene el Gobierno en los últimos problemas con la inmigración?

Fundamentalmente ha habido falta de previsión. Es un problema de la UE: ya está bien de visitar las vallas y no poner medios económicos.

¿Cree que hay conciencia del problema en la ciudadanía?

Hay un sector muy importante de la población andaluza que comprende el fenómeno migratorio. Aun así, existe gente que mira el fenómeno con suspicacias y tópicos que no son reales: el de invasión o el de que nos quitan los puestos de trabajo. A veces tratamos a los inmigrantes como si no fueran adultos. Ellos tienen derechos y obligaciones, y aquí funciona la solidaridad, pero no el paternalismo.

¿Es posible que tengamos disturbios similares a los ocurridos en Francia?

No parece que pueda ocurrir en España. Hay dos cosas básicas que aquí funcionan adecuadamente: el sistema sanitario y el educativo. Eso sí, aún nos hace falta dignificar las viviendas de los inmigrantes y fomentar más el diálogo intercultural.

Por otro lado, ¿en qué aspectos estamos más atrasados que otras regiones?

Por nuestro origen, procedemos de un abandono absoluto del franquismo y además somos la región con mayor número de habitantes. En general, tenemos dos problemas serios: vivienda y paro, sobre todo el juvenil.

Y nuestros menores, ¿están protegidos ?

Los centros de acogida están bien, pero queda pendiente la ayuda a las familias que se encuentran en situación de riesgo, clave para no tener que retirar a los niños de sus padres. Además, hay que incentivar el trabajo en la calle. Hay una vuelta a los despachos y necesitamos más educadores de calle, donde están los problemas.

¿Qué hacemos con la masificación en las cárceles?

Lo que me pregunto es si todas las personas que hay en prisión tienen que estar allí. Es evidente que se tienen que cumplir las condenas, pero no en una prisión. Pienso en un determinado perfil de toxicómanos, enfermos y deficientes mentales… Tenemos que replantearnos el sistema y buscar alternativas. En las cárceles se atiende más a la seguridad que a la reinserción.

En su condición de sacerdote, ¿cómo cree que se soluciona el desencuentro entre la Iglesia y el Gobierno?

La única solución es el diálogo sincero. Puede haber acuerdos en la reforma educativa, pero para eso tienen que ceder ambas partes.

BIO

Nació en Los Barrios (Cádiz) en 1949. Sacerdote, licenciado en Historia de la Iglesia y también Doctor Honoris Causa por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).

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