Mari Ganuza, marmolista de profesión, lleva desde 1978 ligado a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, y desde 1990 es el presidente. Como tal, se encarga de coordinar al centenar de miembros del grupo, además de bailar a la Reina Europea.

Ha sido portador de la Dolorosa, organizador del Olentzero de Pamplona, jefe del Cristo Alzado, belenista y jurado del Concurso de Fuegos Artificiales de San Fermín.

Este será el cuarto 'chupinazo' de la legislatura y la alcaldesa lo ha delegado en la Comparsa, después de que en los años anteriores lo lanzaran Maite Esporrín (2009), concejala del PSN; Uxue Barkos (2008), concejala de NaBai; y la propia Yolanda Barcina (2007).

La Comparsa de Gigantes y Cabezudos celebra este año su 150º cumpleaños y por ello recibieron la Medalla de Oro de la Ciudad el 29 de noviembre de 2009, día de San Saturnino.

En 1860 el Ayuntamiento de Pamplona encargó al escultor Tadeo Amorena la construcción de ocho gigantes que representaran a Europa, Asia, África y América. Desde entonces, la comitiva recorre el centro de la ciudad todas las mañanas de San Fermín.

Los gigantes miden entre 3,85 y 3,90 metros y sobre el bailador alcanzan los 4,20 metros; su peso oscila entre 59 y 64 kilos. Cada gigante es bailado por un miembro de la Comparsa, que danza al ritmo de la música interpretada por una banda de gaiteros, excepto la última figura, la Reina Americana, que va acompañada por txistularis.

Los gigantes siempre van precedidos por cinco cabezudos -Japonés, Japonesa, Concejal, Abuela y Alcalde-, seis kilikis -Caravinagre, Napoleón, Patata, Barbas, Verrugas y Coletas- y seis zaldikos.