"Nací con un angioma en el pómulo derecho, una mancha roja que ocupaba gran parte de mi cara y que llama mucho la atención. Gracias al láser he conseguido reducirlo, pero aún se nota", cuenta Mar (en la imagen de abajo) desde el taller de maquillaje terapéutico del Hospital Ramón y Cajal de Madrid al que ha llegado puntual a su primera sesión. A las 9.00 horas, cuenta ilusionada.

A su lado, ya en la silla, Esther Pérez coquetea con el espejo y consulta con Ángeles –una de las hadas madrinas de la décima planta del Ramón y Cajal– la base del maquillaje con la que probarán a disimular las manchas blancas que provocan el vitíligo (enfermedad que acaba con la pigmentación de la piel) que sufre de nacimiento. "En esta ocasión haremos una prueba con una base más clarita y daremos color a los párpados para disimular las manchas de los mofletes»" explica Ángeles.

Belleza y autoestima

Antes, estas dos pacientes posan para la cámara. Es importante ver la diferencia para juzgar los resultados. "Si el maquillaje es de su agrado, recogemos todos los pasos en una cartilla para que puedan repetirlo en sus casas. Lo anotamos todo: el tono, la marca, el modo en que lo aplicamos y la cantidad que usamos», cuenta Maite, otra de las maquilladoras del taller.

Como Mar y Esther, cientos de personas, la mayoría mujeres, han pasado por las sillas de este taller para recuperar la sonrisa. Aquí aprenden a disimular las imperfecciones provocadas por sus enfermedades en tres sesiones, con la ayuda de Maite y Ángeles, dos enfermeras cuya labor no es sólo enseñar los trucos del maquillaje, sino trabajar para mejorar su autoestima. "Es muy importante que los pacientes se sientan bien para que puedan superar antes su enfermedad. Además, es una forma de distraerse también", explican.

Cicatrices, quemaduras...

Junto a ellas, una voluntaria de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) les da consejos sobre los maquillajes específicos para tapar las manchas de esta enfermedad. Les explica cómo resaltar la expresión de los ojos, la sonrisa o las cejas para desviar la mirada de la gente lejos de la mancha, quemadura o cicatriz que se quiere disimular. Más tarde, "los pacientes lo comentan con su familia, amigos y compañeros de trabajo y, finalmente, deciden con cuál se sienten más cómodos", explica una de las maquilladoras a este diario.

Tras tres años de historia, esta unidad sigue siendo una de las pocas de este tipo que hay en España. Sus pacientes acuden a ella aconsejadas por sus dermatólogos, que ven en esta terapia "una gran ayuda".

Reconstrucción y prótesis

La introducción de nuevos implantes y prótesis de resina para disimular la ausencia de una oreja o nariz ha incrementado el trabajo de la Unidad de Maquillaje Terapéutico del Ramón y Cajal. "Hace poco vino una paciente para que la enseñáramos a maquillarse la nariz que le habían puesto", cuenta una de sus encargadas. Al ser un implante, la diferencia de tonalidad con la piel es muy grande y hay que intentar que quede lo más natural posible.