Facultad de Veterinaria e I3A trabajan en un aparato que permita evitar sacrificar animales en los ensayos

La Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) trabajan en un aparato que permita evitar sacrificar a los animales que son utilizados en los ensayos para ver la evolución de los tratamientos a los que han sido expuestos.

Éste es uno de los proyectos de la colaboración entre ambas entidades, que trabajan en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan en un futuro, en sus trabajos de investigación, observar en el modelo animal la evolución de los ensayos con más precisión, según ha informado el Gobierno aragonés en un comunicado.

El grupo que trabaja con el I3A es el grupo de excelencia Genética Bioquímica (LAGENBIO), que posee varias líneas de trabajo para lograr ralentizar la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y acercarse a tratamientos más eficaces.

Hoy se conmemora el día mundial de esta enfermedad, de carácter degenerativo, que afecta a las neuronas motoras de la corteza cerebral, tronco cerebral y médula espinal y cuya esperanza de vida es, de media, de entre tres y cinco años, han señalado las mismas fuentes.

La coordinadora de la investigación específica de ELA dentro de este grupo, Rosario Osta, ha precisado que su trabajo y el de todo su equipo "está siendo muy valorado en el ámbito de la comunidad científica española y que incluso ha salido ya fuera de España".

"Estamos fuertes y debemos seguir así", y a pesar de que la ELA es una enfermedad "dificilísima, vamos a seguir investigando sin descanso", relató la investigadora.

Otros trabajos

El Gobierno de Aragón ha señalado que la Facultad de Veterinaria realiza diferentes ensayos en animales con el fin de lograr en el futuro tratamientos más eficaces para la ELA.

Así, el grupo de Genética Bioquímica de esta facultad participa en los estudios que se están llevando a cabo en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, a través de su servicio de Neurología, y coordinados por investigadores del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (I+CS).

La investigación se centra en el 'estrés oxidativo', una línea de investigación que podría aportar nuevos datos sobre beneficios de ciertas pruebas en la ralentización de la enfermedad, un trabajo que ya se ha probado con animales y que también se ha podido llevar a cabo con pacientes, ya que no requiere ensayos clínicos.

La neuróloga del Hospital Clínico, Pilar Larrodé, ha explicado que un diagnóstico precoz ayudaría a dar con tratamientos que prolongaran la independencia del paciente, prevendrían complicaciones y mejorarían su calidad de vida. En estos objetivos trabajan partiendo de una de las pocas premisas que se tienen sobre esta enfermedad, su origen en marcadores que muestren estrés oxidativo, ha agregado.

El trabajo se está llevando a cabo en dos partes. Por un lado, en animales y por el otro con pruebas de sangre en los pacientes. "Estamos analizando el estrés oxidativo en los animales para luego poder extrapolarlo al modelo humano", ha comentado Larrodé.

Así, tras haber recogido durante los dos últimos años muestras de sangre para centrar la investigación en la oxidación de los tejidos, los responsables de esta línea de trabajo están recibiendo los primeros resultados.

Grupo multidisciplinar hospitalario

Los hospitales Clínico y Miguel Servet de Zaragoza y San Jorge de Huesca se han unido para colaborar en el estudio de enfermedades neuromusculares, creando el grupo GENMA, del que forman parte neurólogos, neurofisiólogos, neuropatólogos, neuropediatras y rehabilitadores. La ELA es una de las enfermedades que estudia este equipo de especialistas.

Por su parte, el ya mencionado grupo LAGENBIO, cuya coordinadora de la investigación de ELA es Rosario Osta, trabaja desde 1997 en una terapia génica no viral, con la que intentar evitar la muerte de las células nerviosas, "un ensayo que, de momento, está dando buenos resultados en pruebas con animales", si bien "su ensayo en humanos todavía está lejos", ha relatado Osta.

Desde el Gobierno de Aragón han subrayado que conocer el origen de la ELA sería fundamental para encontrar un tratamiento eficaz y por eso uno de los principales frentes abiertos por la Facultad de Veterinaria de Zaragoza es el comportamiento de las células madre en animales genéticamente manipulados que padecen ELA, que estudia en colaboración con el Instituto Pasteur de París.

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