Ambos sindicatos cifraron entre un 40 y un 50 por ciento la participación en la misma, mientras que, según la administración, no se superó el 10 por ciento.

El secretario de Función Pública de CC.OO. Aragón en Teruel, José Vicente Valero, afirmó que en el sindicato están "muy contentos" de cómo se desarrolló la jornada porque "creíamos que la huelga iba a tener menos incidencia".

A su juicio, "la gente ha captado el mensaje" y la respuesta de los funcionarios fue positiva "teniendo en cuenta que venimos de una época de bonanza y ya estamos desacostumbrados", por lo que las cifras de participación le parecen "normales".

El sindicalista dijo que "no vamos a entrar en la batalla de cifras". Además recordó que, al fijarse servicios mínimos, se garantiza la prestación de la mayor parte de los servicios públicos, por eso "los ciudadanos tenían la sensación de que no ha habido incidencias".

Valero rechazó las posturas que sostienen que los funcionarios no acudieron de forma masiva a la huelga como "castigo" a la falta de acción de los sindicatos hasta ahora. A su juicio, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "había respetado los asuntos sociales", pero ahora "ha emprendido medidas cobardes, metiéndose con los más débiles".

Por su parte, Aurelio Palomares, del área de función pública de UGT, afirmó que "estoy muy satisfecho", sobre todo porque en este tipo de movilizaciones "la gente se va calentando" con lo que se abre la puerta para una huelga general porque "se avecinan tiempos difíciles" para todos los sectores, también para los trabajadores públicos porque "en Europa se han aprobado medidas que implican despidos de funcionarios".

Además insistió en que los trabajadores públicos deberán estar pendientes de los presupuestos para el año que viene e indicó que "hasta ahora está abierta la congelación de sueldos de funcionarios el año que viene" ya que "no está recogida en el Plan de Ajuste".