El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Juan Luis de la Rúa, mantuvo hoy que todos los juzgados de la Comunitat Valenciana están "sobrecargados" porque es una de las autonomías "con el menor número de jueces". Además, señaló que si a este circunstancia se suma "el dinamismo" de la Comunitat apuntó que "no es de extrañar" que lo juzgados tengan "mucho trabajo".

De la Rúa realizo estas declaraciones durante su discurso en el acto de juramento de los 12 jueces de la 60º promoción de la Escuela Judicial destinados al territorio valenciano que se celebró en el Palacio de la Justicia.

Al respecto, recalcó que "en el concepto del sometimiento del juez al imperio de la ley es ahí donde está precisamente lo que configura la independencia judicial" y recordó a los nuevos jueces que el justiciable siempre espera de la Justicia "una respuesta acorde al sometimiento de la Constitución y al ordenamiento jurídico".

"Me dicen —agregó— que soy un exagerado pero que una persona tenga la capacidad de decidir sobre la libertad de otros, sobre los derechos de otros no puede satisfacer más a una persona en el ámbito de una sociedad". Asimismo, destacó que el oficio de impartir Justicia es "un servicio que está al servicio de los ciudadanos" que debe ejercerse "con entrega profesional de estudio, prudencia, y sobre todo decisión".

De la Rúa argumentó que la mala imagen que se tiene de la Justicia a nivel general es porque "los medios de comunicación consideran que no es noticia las cosas buenas", sino sólo "cuando se comete un error". "A partir de ahí marchamos muy mal", reprochó. No obstante, expuso que cuando a quien se pregunta es a los usuarios de la Justicia la opinión "no es tan mala" y de hecho la puntúan "con notable o incluso notable alto".

De hecho, aseveró que la ciudadanía "confía" en la Justicia a pesar de "los retrasos o problemas". Asimismo, puso de relieve que nos encontramos en un momento "verdaderamente convulso" por la reestructuración del sistema judicial. Así, señaló que si hasta ahora se trabajaba sobre la base de "unos cimientos del siglo XIX", pero "ahora vamos hacia el siglo XXI".

En esta línea, explicó que se trata de "una nueva cultura" de la Administración de la Justicia en la que la Ley pretende "obviar" a los jueces de las cuestiones sin importancia para que "se centren su verdadera actividad, que es juzgar y hacer cumplir lo juzgado".