Este dispositivo pionero, que la comunidad lleva estudiando desde 2003, iba a ponerse en marcha en febrero de este año. Su arranque acabó posponiéndose a junio, pero entonces sólo se repartieron finalmente cinco (que, según la Consejería de Justicia, han sido probados de forma experimental en parejas sin riesgo). En esta ocasión, si todo sale según lo previsto, la implantación del brazalete antimaltrato será definitiva.

Serán los jueces quienes decidan qué maltratadores  (sujetos condenados por malos tratos sobre los que pese una orden de alejamiento de su pareja) deberán llevar el brazalete.

Un convenio firmado ayer establece que la Cruz Roja gestionará este sistema. La ONG habilitará en su sede un centro que controlará la localización de víctima y maltratador las 24 horas.

Perímetro seguro para la víctima

El maltratador deberá llevar un emisor (similar a un móvil) y una pulsera que no se puede quitar. Si la pulsera y el emisor se alejan más de 20 metros, emite una señal al 112. La víctima, por su parte, debe llevar un receptor (también como un móvil) que llama al 112 si detecta el emisor a 500 metros.