Plato combinado de reflexión y polémica, en el punto en que vanguardia y vanguardia coinciden

Eloy Fernández Porta sugirió que esta edición se recordaría como la del encuentro entre afterpop (que él desarrolló en sus libros Afterpop y Homo Sampler) y pornopunk, la salvaje reinterpretación de cuerpo e identidad que Beatriz Preciado abordó en Manifiesto contrasexual o Testo yonqui. El premio Anagrama se abre a miradas diferentes: Fernández Porta, ganador, escudriña los afectos según sus cualidades de producto, y Preciado, finalista, retrata cómo Hugh Hefner modeló al bon vivant, con su pisito de soltero y su corazón impenetrable.

De Paris a Marilyn

Eloy Fernández Porta conecta los cables de la ruptura, la amistad, la infidelidad... Bebe de Magnetic Fields y Adrian Tomine, pero también de la publicidad y los Coen, mana el humor ácido (Manu Chao «mide 1,53 cm y está enfadado con la sociedad individualista»), que camufla la densidad del pensamiento. €®0s convencerá a los de lección aprendida, pero también a quienes reniegan de otras cremas: parte de los clásicos, reivindica desde el hoy —libros, sí, y una canción indie o un flashmob impulsado por Oprah Winfrey— a Shakespeare, Ovidio o Heidegger.

Quienes se resistían comprobarán, ahora sin prejuicios, que no sólo se respeta al padre, al abuelo y al árbol genealógico desde que la semillita se plantó, sino que las fuentes referenciales se mantienen vivas, que se aplica su cuento. Y quienes esperen originalidad encontrarán citas recién llegadas del futuro, ficción paródica, onomatopeyas y una versión contemporánea de Rey Lear que no surge de la imaginación del escritor, sino del mando de la tele: British Best Friend, en el que Paris Hilton debe escoger entre tres candidatos a mejor amigo.

Sobre conejitas —y la construcción del imperio, y su repercusión sociológica— y batines de seda construye Beatriz Preciado su manifiesto pornotópico. Late el género, claro, y el sexo como manifestación, y el aporte de la revista al grito de otra arquitectura es posible, reportajeando a Mies van der Rohe o esbozando el ático ideal del hombre moderno soltero. Sin embargo, los momentos más sugerentes de Pornotopía bordean lo sociológico, y se refieren al plan de Hefner para dinamitar la familia prototípica del Estados Unidos de los cincuenta, el hogar feliz de madre amantísima, padre igual, hijo también.

Preciado se zambulle en la polémica: ya desde la aproximación académica al imperio de las dos orejas, o cuando equipara «la crítica feminista de [Betty] Friedan a la casa unifamiliar y la defensa de Playboy del derecho de los hombres a un espacio doméstico urbano libre de las ataduras de la moral matrimonial», describiéndolas como «dos de los contradiscursos más relevantes en oposición a las divisiones de género del régimen de la guerra fría». El debate se sirve, pues, en cama giratoria.

€®0$ y PORNOTOPÍA. Anagrama / 384 y 224 páginas / 17,50 euros