En declaraciones a Europa Press, Calderón calificó como "humillantes y vejatorias" las afirmaciones hechas hoy en un comunicado por la dirección adjudicataria de la citada caseta, asegurando que el pasado 27 de mayo cinco policías ebrios y fuera de servicio agredieron al portero y le increparon con insultos racistas, que "en ningún caso fueron respondidos más allá de las meras indicaciones para que depusieran su actitud".

Ante esto, el representante sindical policial, después de recordar que fue al portero al que se detuvo, por la presunta comisión de un delito de atentado a la autoridad, y que los policías agredidos presentaron denuncia contra el mismo, subrayó que, "en ningún momento los agentes, que se identificaron como policías, hicieron mención alguna a la raza de este señor, pues saben muy bien que cualquier tipo de acción racista por un funcionario público, si es considerada una falta muy grave, conlleva prácticamente la inhabilitación".

Calderón insistió en que la versión ofrecida hoy por la dirección de la caseta no se ciñe a la realidad y la achacó a "una estrategia de defensa", de cara al procedimiento judicial abierto contra el portero de la caseta, cuya agresión a los policías se saldó con "un agente herido, que requirió tratamiento quirúrgico con puntos, y con cuatro agentes con lesiones".

El secretario provincial de la CEP en Córdoba alabó el autocontrol que demostraron los agentes ante la agresión que sufrieron por parte del portero, considerando que éste último es un ejemplo, por la actitud y reacción violenta que tuvo hacia los agentes, de que es necesario que la vigilancia y control de las casetas de feria la lleve a cabo personal formado y acreditado para tal fin.