Cuestión de imágenes

La baronesa Thyssen no es dueña del edificio que alberga su museo en Madrid, pero sí de la impresionante obra que contiene.
Esto es suficiente para que, en la gestión de la pinacoteca, esta dama tenga influencia y capacidad decisoria. Aquí vamos al revés. La Cofradía del Padre Jesús no sólo es propietaria de las imágenes del museo Salzillo (excepto del Belén), sino también del edificio y de la mayoría de los terrenos donde se ubica. Las imágenes son un monumento nacional y la Administración tiene la obligación de velar por su conservación y porque el disfrute de su visión sea de carácter público.

Pero ningunear a la Cofradía y arrogarse el derecho de gestionar el museo, sin contar con la entidad que encargó el trabajo al mismísimo Salzillo, puede ser un error que haga recular a los dueños de otras obras de arte antes de pedir una subvención para su conservación que suponga la pérdida total de control sobre su propiedad.

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