Según informó Laboraol a través de un comunicado, presentan un potente directo a base de composiciones propias obtenido a través de sus más de 250 conciertos; una auténtica batalla de guitarras Fuzz y órgano Farfisa lidiada entre la virtuosa guitarra y oscura voz de Kiryk Drewinski y las teclas de Erik Haegert y defendida por una sólida base rítmica.

Después de su álbum de debut, que recibió muy buenas críticas en la prensa alemana e internacional (las inglesas Shindig Magazine y MOJO, entre otras), y de un segundo disco en directo en el festival de Burg Herzberg, delante de 9000 personas, se han revelado como uno de los pocos grupos que consiguen romper con el elitismo típico de la escena sixties y llegar tanto al fanático del género como a un público más amplio. Muestra de ello es el hueco que se han ganado en el Fusion Festival de este año, que ya ha agotado sus 53.000 entradas.