La marea roja reduce a la mitad la producción de mejillón de 2005

La Xunta admite que es la «más grave» de este siglo. Cierra otro polígono de bateas en Cangas y ya sólo quedan cinco abiertos.
Galicia comercializa 290.000 toneladas de mejillón al año. Pero cuando finalice este 2005, sólo habrán sido la mitad. Y es que la marea roja que desde octubre invade las rías de la comunidad reducirá del 40 al 50% la producción total del sector, según fuentes de la Asociación de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega).

Una situación de la que la Xunta es muy consciente. De hecho, el director del Instituto Tecnolóxico do Mar, Xosé Manuel Romarís, reconoció ayer en el Parlamento que esta marea roja es la «más grave» del siglo y advirtió que no se prevé una solución a corto plazo. Tanto es así que ayer mismo se cerró un nuevo polígono de bateas en Cangas. Y van 79.

Toxina paralizante

Tan sólo cinco polígonos –cuatro en Vigo y uno en Sada– se salvan, por el momento, de las toxinas paralizante y diarreica que provocan esta marea roja. No obstante, Romarís anunció que en breve podrían abrirse dos en Arousa.

Una apertura a la que el sector confía que se sumen otros polígonos. Así, el gerente de Opmega, Manuel Franco, confía en que a partir del día 20 se pueda trabajar en más rías, lo que salvaría un poco la inminente campaña de Navidad, pero no evitaría que el balance total del año sufriese un descenso en torno al 50%.

Segundo paro

El varapalo que supone este cierre para el sector se suma al que ya sufrió en primavera por otra marea roja y que en algunas rías se prolongó durante tres meses.

Esta situación apenas afecta a los consumidores. Pese a la escasa producción actual, el precio del mejillón en el mercado se mantiene estable (unos tres euros el kilo) gracias a la política de precios que propugnan los productores, ajena al volumen de mejillón que pueda llegar al mercado.

Sobreexplotación de recursos

Mientras las rías proporcionan unos mejillones que no se pueden recoger por la toxina, otros mariscos simplemente van a menos. Es el caso de la coquina en Fisterra –desaparecida prácticamente tras el Prestige– y del berberecho o la almeja que trabajan las mariscadoras de a pie de la Illa de Arousa. Este año, este colectivo ha tenido que reducir los días de trabajo de 150 a 65 días, debido a la escasez de producto, lo que merma considerablemente sus ingresos. La Xunta atribuye esta circunstancia a la sobreexplotación de los recursos naturales y quiere potenciar los cultivos marinos.

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