Varea mostró la "preocupación" de los regionalistas ante el recorte en las licitaciones de obra pública planteadas por el Gobierno central y señaló que "hay que tener sentido común ante la situación actual, y entendemos que no se lleven adelante proyectos nuevos".

Pero, sin embargo, recordó que, en el pacto de gobierno local, "hay temas que son una deuda histórica con Logroño y con La Rioja", y citó, expresamente, el caso de la liberalización de la AP-68 "que es un tema incuestionable".

El portavoz del PR consideró que "hemos sido leales, entendiendo que la realidad haya hecho imposibles algunas fechas, pero el marco es la Legislatura y, en varias reuniones, el rescate estaba cerrado". "Es una deuda que no puede ser cuestionada por la situación económica, porque no es algo nuevo", afirmó Varea.

Detalló, además, otras tres obras pendientes: la conexión con la Autovía del Camino, el soterramiento y el Museo de La Rioja. "No vamos a consentir dar marcha atrás en estas cuestiones reflejadas en el pacto hace tres años, cuando había bonanza económica, y que ahora no se puedan atender", subrayó.

En este sentido, insistió en que "se debe cumplir lo firmado" y, por ello, consideró la moción como "un aviso al Gobierno central sobre la postura de sus socios en Logroño, que no aceptamos que se puedan cuestionar compromisos del pacto, no aceptamos retrasos ni paralización".

Por ello, Varea dijo que, si no se cumple lo firmado, "el pacto de gobierno se vería afectado por el incumplimiento de las condiciones firmadas libremente y que se han retrasado, algunas de ellas, por lealtad por parte del PR".

"Habría que replantear el pacto su se anuncia la paralización o el retraso de alguna de estas obras", dijo el dirigente regionalista, quien señaló, además, que "no entenderíamos la abstención o el voto en contra" a la moción por parte del PSOE y aseguró que esta situación "sería como para salir corriendo".

Por su parte, el coordinador territorial del PR, Rubén Gil Trincado, incidió en que "sería preocupante que Logroño y La Rioja sean siempre los paganos de todo; cuando hay bonanza económica, se invierte en otras partes, y, con la crisis, no sería admisible que también pagáramos aquí".

Opinó, por ello, que "deberían pagar el pato los ayuntamientos con deuda desmesurada", y puso como ejemplos Madrid, Santander o Zaragoza, a lo que añadió que "hay que mirar a las llamadas comunidades históricas, como País Vasco, Cataluña o Galicia, que parecen intocables, y que dejen tranquilas a las comunidades pequeñas".

Defendió la inversión pública en momentos de crisis "porque no puede ser que hace seis meses fuera prioridad y ahora haya que recortar 6.000 millones" y argumentó que "el Ayuntamiento debe mostrar su cariz más duro ante Fomento, para que ni se le ocurra llevar adelante el recorte".

Gil Trincado recordó, además, que el ministro José Blanco fue el garante del pacto en el momento de su firma "y no se puede entender que, en su última visita, hace cuatro meses, diga una cosa y que ahora pueda decir otra". "Igual hay que recortar en otros ministerios y no en infraestructuras y comunicaciones", finalizó.