"Estamos antes un poderoso enemigo económico que no repara en costes". Quien habla así es el coronel Tomás Navarro, jefe del Servicio Fiscal de la Guardia Civil. Y a quien se refiere es a la mafia china, que ha monopolizado los envíos de tabaco falsificado a España. Los datos son contundentes y las previsiones de futuro nada optimistas.

El año pasado se decomisaron 13,9 millones de cajetillas, un 96% más que en el año 2008. Se ha vuelto así a los preocupantes niveles de 2006 (14,6 millones de cajetillas incautadas) y 2007 (12,9 millones de cajetillas). "Y en torno al 84% procede de China", explica el coronel.

La Guardia Civil alerta que los chinos son excelentes falsificadores, que imitan muy bien las marcas de tabaco y las etiquetas de Hacienda, pero que no tienen ningún escrúpulo a la hora de utilizar sustancias dañinas para elaborar este tabaco falso: "En los análisis hemos encontrado estiércol de conejo, remolacha, caña de azúcar molida e incluso metales pesados".

El tabaco procedente de China suele entrar en España por contenedores en los puertos de Barcelona, Valencia, Algeciras y Vigo, donde la Guardia Civil analiza miles de ellos cada año. Las marcas más falsificadas suelen ser Marlboro, Winston, Fortuna, Chesterfield y Ducados. Sólo estas cinco copan el 49% del mercado español.

Altos precios

"Los precios del tabaco son caros y las mafias saben que tienen una demanda por esta misma causa. Su tabaco es más barato, pero también más dañino para la salud". Desde el año 2000, la Guardia Civil ha logrado decomisar 113 millones de cajetillas, con un valor total de 287 millones de euros.

El segundo enemigo de la Guardia Civil es el tabaco que se introduce ilegalmente por Andorra y Gibraltar, donde es mucho más barato. Mientras que en el estanco un paquete de Marlboro cuesta 3,6 euros, en Andorra se vende a 2,2 euros. Si se consigue pasar la aduana el beneficio se acerca al 50% de lo invertido.

La crisis ha hecho rebrotar el contrabando procedente de Andorra. La Benemérita intervino 311.469 cajetillas el año pasado, un 138% más que en 2008. El negocio es rentable, ya que los contrabandistas saben que si los pillan con tabaco con un valor inferior a los 6.000 euros todo se queda en un mera infracción administrativa. En 2009 los agentes interceptaron 177 alijos, de los que sólo 15 superaran los 6.000 euros de valor, algo que ya está penado con cárcel.