Los gobiernos poderosos están bloqueando los avances de la justicia internacional, según Amnistía Internacional

Según el informe, aproximadamente 350.000 mujeres murieron por complicaciones derivadas del embarazo y la discriminación de género

La portavoz de Amnistía Internacional en Castilla-La Mancha, Rafaela Alonso, manifestó hoy, en la presentación del Informe 2010, que los gobiernos poderosos están bloqueando los avances en la justicia internacional al actuar por encima de la ley con respecto a los derechos humanos, proteger a sus aliados frente a las críticas, y tomar medidas sólo cuando les conviene políticamente.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) presentó por primera vez a nivel regional su Informe Anual 2010 en Toledo, e informó del trabajo que desarrolla en Castilla-La Mancha el conjunto de sus grupos locales, presentes en Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Talavera y Toledo.

La portavoz de Amnistía Internacional en la región, en su valoración de la situación de los derechos humanos en todo el mundo, afirmó que a pesar de que 2009 fue un año histórico para la justicia internacional, la política del poder está agravando la brecha abierta por los gobiernos en la justicia global, según informó en nota de prensa Amnistía Internacional.

Alonso precisó que "en la brecha abierta por los gobiernos en la justicia global prosperan la represión y la injusticia, y millones de personas se ven condenadas a abusos, opresión y pobreza". Asimismo, agregó que "los gobiernos deben garantizar que nadie está por encima de la ley y que toda persona tiene acceso a la justicia por todas las violaciones de derechos humanos. Mientras los gobiernos sigan subordinando la justicia a los intereses políticos, la mayor parte de la humanidad seguirá viviendo con miedo y sufriendo necesidades".

La portavoz de AI comunicó que la organización pidió a los gobiernos que garanticen la rendición de cuentas por sus propias acciones, ratifiquen el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y garanticen que los crímenes de derecho internacional pueden ser enjuiciados en cualquier lugar del mundo.

Brecha abierta

La brecha abierta por los gobiernos en la justicia hace que se mantenga una perversa red de represión en todo el mundo. Las investigaciones de Amnistía Internacional registran casos de tortura y otros malos tratos en al menos 111 países; juicios injustos, en al menos 55; restricciones a la libertad de expresión, en no menos de 96, y presos de conciencia encarcelados, en un mínimo de 48.

Organizaciones y defensores de los derechos humanos sufrieron ataques en muchos países, y los gobiernos les impidieron llevar a cabo su trabajo o no los protegieron.

Así, en Oriente Medio y el Norte de África hubo una constante de intolerancia de los gobiernos hacia las críticas en Arabia Saudí, Siria y Túnez, y de creciente represión en Irán. En Asia, el gobierno de China aumentó la presión sobre quienes cuestionaron su autoridad, deteniendo y hostigando a defensores de los derechos humanos, mientras que miles de personas huyeron de la grave represión y las penurias económicas en Corea del Norte y Myanmar.

Por su parte, según el Informe de AI, en parte de Europa y Asia Central se redujo el espacio para la sociedad civil y las voces independientes, y la libertad de expresión se reprimió injustamente en Rusia, Turquía, Turkmenistán, Azerbaiyán, Bielorrusia y Uzbekistán. Las fuerzas de seguridad cometieron centenares de homicidios ilegítimos en América -en países como Brasil, Jamaica, Colombia y México-, y las violaciones de derechos humanos cometidas por Estados Unidos en las operaciones contra el terrorismo continuaron gozando de impunidad.

Además, los gobiernos de África como Guinea y Madagascar respondieron a la disidencia con homicidios ilegítimos y uso excesivo de la fuerza, y Etiopía y Uganda, entre otros, reprimieron a quienes se mostraban críticos.

Por ejemplo, en Gaza y el sur de Israel, según el Informe, los civiles resultaron heridos o fueron víctimas de homicidios ilegítimos por parte de fuerzas israelíes y grupos armados palestinos y, además, sufrieron abusos en la escalada de violencia por parte de los talibanes en Afganistán y Pakistán, y fueron quienes más sufrieron las consecuencias de la violencia en Irak y Somalia.

Otras tendencias de abusos

En la mayoría de los conflictos, las mujeres y las niñas fueron víctimas de violaciones y de otros actos de violencia llevados a cabo por fuerzas gubernamentales y grupos armados.

Por otra parte, otras tendencias que también se registraron fueron los desalojos forzosos masivos de personas que perdieron sus casas en África; y el aumento de los informes de violencia intrafamiliar contra las mujeres, violaciones, abusos sexuales, asesinatos y mutilaciones tras la violación en México, Guatemala, El Salvador, Honduras y Jamaica.

Un brusco aumento del racismo, la xenofobia y la intolerancia en Europa y Asia Central y en Oriente Medio y el Norte de África se produjo un aumento de la inseguridad a causa de los ataques de grupos armados. En todo el mundo, con millones de personas sumidas en la pobreza a causa de la crisis económica, energética y alimentaria, los hechos mostraron la urgente necesidad de abordar los abusos que repercuten en la pobreza.

Además, subrayó la portavoz castellano-manchega que "los gobiernos deben rendir cuentas por los abusos contra los derechos humanos que causan y agravan la pobreza. La reunión de la ONU para revisar los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se celebrará en septiembre en Nueva York constituye una oportunidad para que los dirigentes mundiales pasen de las promesas a compromisos legalmente vinculantes".

Las mujeres son las más afectadas

Las mujeres, especialmente las pobres, son las más afectadas por el incumplimiento de estos objetivos. Aproximadamente 350.000 mujeres murieron por complicaciones derivadas del embarazo y la discriminación de género, las violaciones de los derechos sexuales, reproductivos, y la negación del derecho a atención médica son a menudo causas directas de la mortalidad materna.

Así, Rafaela Alonso declaró que "si quieren hacer progresos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los gobiernos deben promover la igualdad de las mujeres y abordar la discriminación que sufren".

También, Amnistía Internacional pidió a los Estados del G-20 que no han ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que procedan a su ratificación. Y señaló Alonso que "la conferencia internacional de revisión del Estatuto de la Corte que comenzará en Kampala (Uganda) el 31 de mayo, constituye una oportunidad para que los gobiernos muestren su compromiso con este tribunal".

Avances en el informe de amnistía

A pesar de que el año pasado hubo graves carencias a la hora de garantizar justicia, muchos hechos mostraron que ha habido avances. En América Latina se reabrieron las investigaciones sobre los crímenes protegidos por leyes de amnistía, y se dictaron fallos históricos con respecto a ex dirigentes, como las condenas del ex presidente de Perú Alberto Fujimori y, al último presidente militar de Argentina, Reynaldo Bignone, por secuestro y tortura.

Todos los juicios ante el Tribunal Especial para Sierra Leona concluyeron, salvo el del ex presidente de Liberia Charles Taylor, que sigue su curso.

Así, Rafaela Alonso concluyó con que "una lección clave extraída del año pasado es la necesidad de una justicia global efectiva; la justicia ofrece imparcialidad y verdad a quienes sufren violaciones de derechos humanos, impide que se cometan abusos contra esos derechos y, en definitiva, crea un mundo más estable y seguro".

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