Los cien años de Elena; recuerdos del
siglo XX en Madrid

  • Elena Cabrero, vecina de Fuencarral, recuerda sus 100 años de vida.
  • Su memoria y sus vivencias son testigos de los cambios y acontecimientos de la ciudad en la que ha vivido siempre.
Elena Cabrero, en la casa que comparte con su familia en Fuencarral.
Elena Cabrero, en la casa que comparte con su familia en Fuencarral.
Elena Cabrero, en la casa que comparte con su familia en Fuencarral.

Elena Cabrero nació un 9 de mayo de 1910 en la calle de Serrano. Hace dos semanas, un siglo después de aquella fecha, ha celebrado junto a sus familiares y vecinos de la calle Alfredo Marquerie, en Fuencarral, su centenario. Es madrileña, como lo son su hijo y sus nietas.

Su vida es la de los gatos ya viejos: con muchas cicatrices en el cuerpo, las mismas heridas que, debajo del revestimiento moderno, guarda la ciudad que ha sido escenario de su longeva existencia. Por su biografía se puede recorrer también la historia de una ciudad que, cuando Elena nació, llevaba apenas un mes construyendo la Gran Vía de la que ahora se celebra también la efeméride.

Su infancia pasó de Serrano a Húmera, entonces un pueblito del entorno rural que abastecía a Madrid y hoy apenas un barrio de Pozuelo con fama de tapeo universitario. Pero a la muerte de su padre, cuando Elena tenía 11 años, llegó el momento de hacerse mayor: había tres hermanos más pequeños que alimentar, y en aquel año 1921 lo del trabajo infantil era más frecuente que el pan nuestro de un día sí y otro no. Comenzó a servir, de interna en una casa, y volvió al barrio Salamanca, "el más bonito de Madrid".

Sirviendo pudo viajar con sus señores: veraneo en San Sebastián y estancias en la casa de campo de El Escorial, donde le pilló el comienzo de la guerra. Dos años y medio de angustia en la capital y una huida precipitada a Francia vía Barcelona: su cuñado, chófer de un general republicano, estaba en riesgo y Elena y su hermana se fueron con él. Elena volvió al cabo de unos meses; ellos, sólo de visita tras la muerte del dictador.

El amor, en la verbena

Entonces conoció al que sería su marido en la verbena de San Antonio de la Florida. Se casaron en un merendero del Manzanares, junto a la ermita de San Isidro. Vivieron en la calle San Bernabé, donde llegó su único hijo, y luego se instalaron en una portería en la plaza de la Marina Española. Allí vivía también una pareja que frecuentaba los muchos rodajes que en los cincuenta había en Madrid y con ellos acudieron en alguna ocasión a hacer de extras en Las Ventas.

La familia se trasladó y se hizo propietaria. A principios de los setenta, cuando Elena ya tenía más de 60 años, se compró su primer piso en Móstoles: las ciudades dormitorio crecían con la emigración madrileña y exterior. Allí crecieron sus nietas, pero la familia, ahora más grande, regresó a la capital. A la ciudad con la que ha compartido su vida.

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