Niega maltratar y agredir sexualmente a su hija en Lanzarote y culpa a su suegra de la denuncia

Fiscalía pide 17 años y medio para el acusado

Un hombre negó hoy haber agredido sexualmente a su hija de forma continuada en su vivienda en Lanzarote desde que ella tenía 14 años de edad y hasta los 17, así como rechazó maltratarla al igual que a su hermano menor. "Nunca jamás he intentado violar a mi hija. No he tenido ni tiempo para eso. Yo no soy una persona de esas", aseguró, al tiempo que culpó a su suegra de la denuncia en su contra.

"Su abuela me tenía mucha tirria a mí y a mi mujer", afirmó J.M.A.V. durante el juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, por un presunto delito continuado de agresión sexual y otro supuesto delito de violencia habitual en el ámbito familiar, por los que la Fiscalía y la acusación particular piden para el acusado una pena de 17 años y seis meses de prisión, mientras la defensa solicita la libre absolución para su cliente.

El procesado rechazó que en fecha indeterminada del año 2003 se aprovechara de su relación parental y realizara tocamientos a su hija y que desde entonces, "de manera frecuente y cuando se encontraba a solas con ella" realizaran prácticas sexuales hasta el año 2007, en que la joven abandonó la casa familiar en Arrecife y se trasladó a la de su abuela.

Igualmente, J.M.A.V. —en prisión desde el 30 de enero de 2009— negó haber mantenido una conducta de menosprecio hacia su hija, insultándola y mostrando disconformidad con la forma en que realizaba las tareas domésticas, y negó tener una actitud despectiva con su hijo, nacido el 11 de septiembre de 1996, insultándole, poniéndole de rodillas o contra la pared.

"décimas de segundo" de rodillas

"No soy gente de maltratar a los hijos, a quienes jamás y nunca he castigado", aseguró el varón, que, posteriormente, rectificó y admitió que "la única vez" que ordenó a su hija que se pusiera de rodillas se debió a que ésta, cuando tenía "14 o 15 años" le dijo que había hecho los deberes, pero no era cierto. "Fueron décimas de segundo y para mí eso no es un castigo", aseveró.

Asimismo, negó que abandonara su jornada laboral como maestro albañil para estar a solas en su casa con su hija o durante el día con el pretexto de que el resto de la familia fuera a hacer la compra. No obstante, el acusado sí admitió que "muchas veces" iban los dos solos "a cazar y pescar", algo que negó su mujer posteriormente en su comparecencia.

"No coincidía con ella solos en casa porque yo estaba fijo trabajando", reiteró, así como sostuvo que "nunca" ha obligado a su hija a realizar trabajos pesados como "encofrar, hacer mezclas y cargar sacos de cemento".

Cuestionado sobre la denuncia de su hija en relación a que aprovechaba que su mujer se iba al trabajo para abusar de ella, argumentó que su esposa "siempre ha estado en casa". Sin embargo, en su declaración, la mujer admitió que trabajó en 2006 y hasta junio de 2007, coincidiendo con la fecha en la que la adolescente abandonó el domicilio para irse a vivir con su abuela materna.

"No entiendo por qué ha presentado la denuncia. He pensado en mi suegra. No creo que esa mujer tenga tanta maldad para hacer una cosa de esas, pero no lo sé", apuntó.

"siempre intentaba ser cariñoso"

En todo caso, el acusado criticó que el día en que se casó su suegra no asistió a la boda y subrayó que ésta "nunca" le ha querido "como marido de su hija". Además, remarcó que su suegra le "intentaba quitar méritos y autoridad" ante sus hijos, con quienes manifestó que "siempre" ha "intentado ser cariñoso".

Comentó que su esposa "no quería saber nada de su madre y no quería que sus hijos recibieran regalos de su abuela", una actitud que ambos consideraban que era para "manipularles".

Por su parte, la madre de la víctima hizo hincapié en que la relación entre su marido y su hija era "normal". "Mi madre se metía en medio de mi vida familiar con malas intenciones", incidió.

Además, contradijo la versión del acusado, al asegurar haber presenciado que en dos ocasiones éste ordenó a su hija a arrodillarse "durante cuatro o cinco minutos". "No me pareció un método desproporcionado", justificó.

Si bien negó haber visto que su marido maltratara a sus hijos, confesó que en una ocasión abandonó el hogar porque "él estaba irritable y con poca paciencia" con los niños y ella "debido al trabajo".

"es imposible que sea verdad"

La testigo también indicó que "no era frecuente" que su marido permaneciera a solas con su hija y mostró su sorpresa ante las prácticas sexuales denunciadas.

"No me lo puedo creer. Me parece una barbaridad y es imposible que lo que ella cuenta sea verdad porque no es la vida que yo he vivido con mi familia", añadió la mujer, que recordó que "hace años" denunció a su madre porque "ha intentado siempre manipular" a su hija en contra de su esposo.

Explicó que cuando la menor tenía 13 años "se volvió más introvertida", algo que atribuyó a la "rebeldía de esa edad". Además, indicó que su hija ha abandonado su vivienda dos veces. La primera vez le dijo que "se sentía mal", no le expuso el motivo y al mes regresó. Ya en la segunda ocasión se fue a vivir con su novio a casa de los padres de éste.

Por otro lado, reconoció que, antes de que su hija interpusiera la denuncia, una vecina le comentó que la niña estaba diciendo que su padre "abusaba" de ella, pero al preguntarle a su hija para corroborarlo ésta le dijo que "era mentira". "Mi hija mostraba cariño y querer estar con su padre", apostilló.

Según los informes forenses, como consecuencia de los hechos, la chica, que actualmente tiene 19 años de edad, presenta un cuadro de ansiedad, depresión, con tendencia al suicidio y una personalidad con carencia de deseo e incapacidad para experimentar en profundidad placer o dolor.

La Fiscalía solicita 17 años y seis meses de prisión para J.M.A.V. por un presunto delito continuado de agresión sexual y otro de violencia habitual en el ámbito familiar.

Además, reclama privarle del derecho a la tenencia y porte de armas durante 5 años y prohibirle aproximarse a la joven a una distancia inferior a 500 metros de cualquier lugar donde se encuentre, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante el tiempo de 25 años.

En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Público pide que el procesado indemnice a su hija con 18.000 euros por los daños morales causados.

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