Uno de los acusados de asesinar a su primo y a su tía en Tortosa declara que se defendió "por instinto"

Luis Gabarri 'el Mono', acusado de disparar con matar con escopeta de cañones recortados a su primo, José Manuel Salvadó Gabarri 'Manolín', de 27 años, y de rematar a su tía, Concepción Gabarri, de 60, tras una pelea por drogas en el casco histórico de Tortosa, declaró hoy en la Audiencia Provincial de Tarragona que se defendió por instinto, en un acto reflejo, y porque temía por su vida y la de su familia, con "la mala suerte" de acertarle en el corazón en pleno forcejeo.

'El Mono' está siendo juzgado junto a su hermano, Manuel Gabarri 'el Tito' —acusado de acuchillar mortalmente a su tía antes de que su hermano le disparase cuando estaba tendida en el suelo—, por el presunto asesinato de sus familiares el 18 de junio de 2008. Ambos coincidieron en describir a 'Manolín' como un hombre muy violento y peligroso que les tenía atemorizados.

Su hermano, 'El Tito', intentó convencer al jurado popular de que él no estaba en el lugar de los hechos y se encontró a su hermano en el portal, cuando bajaba después de efectuar los disparos. Según su testimonio, intentó tranquilizar a su hermano y se lo llevó de Tortosa en dirección a Castellón por temor a las represalias de la familia. Dos días después, tras "recapacitar", se entregaron a la policía. La defensa insistió en que son dos personas sin antecedentes y que ambos estaban en tratamiento médico.

'El Tito' relató como se deshicieron de las armas del crimen en un canal porque, en aquel estado de nerviosismo, tenía "miedo a que se disparase la escopeta". Respecto al arma blanca, negó que la limpiasen, sostuvo que sólo tuvo contacto con ella al arrojarla al agua, y que "la navaja estaba cerrada". El fiscal hizo notar al juez y al jurado las numerosas contradicciones del acusado entre la declaración de hoy y la que prestó hace dos años ante los agentes de la autoridad.

Fuertemente protegidos por los Mossos d'Esquadra y con escenas de tensión e insultos entre los familiares de las víctimas y los acusados en los pasillos de la Audiencia de Tarragona, el juicio empezó hoy tras un breve enfrentamiento verbal con Joana Pérez, viuda de José Manuel Salvadó, que profirió graves insultos contra los acusados a la entrada de la sala. La mujer es madre de un pequeño de cinco años, y en 2008, cuando dispararon a su marido, estaba embarazada de un niño que cumplirá dos años en 2010.

La acusación pública, que pide 30 años de prisión para cada imputado, considera probado que los acusados, avisados de una fuerte pelea entre 'Manolín' y Carlos Toledo (que comparecerá en calidad de testigo) en el domicilio de éste último por no querer facilitarle droga ya que no llevaba dinero, acudieron armados con una escopeta y un arma blanca muy afilada con la intención de matarle, con la excusa de la pelea.

Según la reconstrucción de la fiscal, 'el Mono' le disparó directamente en el pecho, lo que le produjo la muerte inmediata, y el 'Tito' acuchilló dos veces a la madre —que acudió por miedo a una desgracia—, con tal fuerza y profundidad que le rompió una costilla y afectó a órganos vitales. Herida de muerte y testigo de un asesinato, fue rematada con otro disparo por 'el Mono'.

Su marido, Manuel Salvadó, también fue apuntado con el arma en la cabeza, pero los hermanos decidieron apresurarse en su huida hacia Castellón. Fueron detenidos en Sagunto y, según la acusación pública, se deshicieron de las armas en un canal durante el trayecto. La fiscal sostuvo que actuaron de forma "consciente y voluntaria" y que no hay circunstancias especiales que puedan atenuar la pena.

El abogado de la acusación particular, Javier Alonso, que pide la misma condena que la fiscal, considera que hay pruebas más que suficientes para determinar los hechos objetivos, pero que la defensa "orientará su estrategia hacia los detalles subjetivos como su drogadicción o que actuaron en legítima defensa por la conocida agresividad" del fallecido. En efecto, los abogados defensores de los acusados, en su exposición, resaltaron la complicada personalidad de la víctima y que 'el Mono' disparó para zafarse de su ataque, con la "mala suerte" de que el disparo le afectó el corazón.

Los dos acusados, encarcelados hace dos años, aseguraron temer por su integridad física, y solicitaron el régimen de aislamiento de otros reclusos y el traslado a una prisión de Valencia por miedo a represalias de a familia de las víctimas.

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